Victor Tomas intenta marcar anteel portero noruego. / Afp
BALONMANO

España sufre ante Noruega

El ataque de los de Cadenas se estrelló con la defensa nórdica y un espectacular Erevik

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A España casi se le atraganta la perita en dulce que se presumía de Noruega. Se sufrió y mucho, y a toro pasado se puede afirmar que este partido servirá a la selección española para reafirmarse en sus principios y para recordar que no hay rival fácil y que debe esforzarse al máximo si no quiere llegarse una ingrata sorpresa. Quizás faltó intensidad, quizás hubo relajación o excesiva confianza en sus propias posibilidades o bien una lectura equivocada del partido, lo cierto es que la selección de Manolo Cadenas tuvo que esperar a los últimos cinco minutos del partido para solventar lo que se esperaba como un encuentro cómodo y sin trascendencia para la clasificación. Pero además el encuentro tuvo dos protagonistas en los guardametas Erevik y Sierra. Sin duda el portero noruego, que jugó a las órdenes de Cadenas en el Ademar, estuvo a punto de amargar la tarde a los españoles. Diecisiete paradas, tres penaltis incluidos, evitaron que España rompiese el partido en la primera mitad. Por su parte, Sierra, con otras diecisiete paradas, contuvo la alegría noruega y contrarrestó el pésimo balance ofensivo.

No supo España atacar la defensa noruega en ningún momento del partido. El 6-0 propuesto por Hedin fue una muralla ante la que Raúl Entrerríos y Sarmiento se estrellaron en la primera mitad. Los desdoblamientos de los extremos provocaban una excesiva masificación en el centro de la zaga que impedía cualquier acción de los laterales o de los propios centrales. Afortunadamente la defensa española funcionaba a la perfección y ello permitía los contragolpes de los que se alimentó el equipo español. Ni siquiera en las superioridades supieron sacar provecho los hispanos que, sin embargo, apretaron el acelerador cuando Noruega se quiso subir a las barbas. Una última exclusión de Gullerrud propició el despegue español antes del descanso (8-12). Sin duda mantener esa intensidad defensiva iba a ser una de las claves en la reanudación, pero sobre todo evitar los atascos en ataque.

Ni una, ni otra. Tras el paso por el vestuario, Noruega se vio crecida y en apenas cinco minutos se colocó con opciones de empatar el partido. España desperdiciaba ataque tras ataque con la connivencia arbitral y el marcador se estrechaba peligrosamente con los goles de Tonnensen y Myrohl. Y lo más preocupante es que no había reacción. Ni Raúl, ni Sarmiento organizaban las acciones y solo la garra de Víctor Tomás permitía a España mandar en el electrónico. Pero fue precisamente una rigurosa exclusión del azulgrana la que propició que los noruegos empatasen el partido 15-15 e incluso que acto seguido se colocasen por delante. No estaban los veteranos Kjelling, Tvedten o Lund, pero aparecieron los cañonazos de Tonnensen y Hansen para abrir la defensa española.

Se encendieron todas las alarmas en el equipo español pese a que aún faltaba cuarto de hora para el final del encuentro, pero estaba claro que si seguía por el mismo camino el resultado estaba en el aire. Tuvo que colocar Cadenas como central a Canellas para que el equipo comenzase a funcionar. Y no por finalizar las acciones sino por provocar una rueda infinita de penaltis. Hasta cinco lanzó Canellas consecutivos para dar la vuelta al marcador mientras España volvía a la defensa 5-1 que sorprendió a Noruega y secó su producción goleadora. Decisiva la exclusión de Hansen a siete minutos del final, que provocó la reacción española.

Al final se impuso la lógica y España se llevó la victoria por un ajustadísimos 25-27 que cerró Ugalde y que le sirve para certificar su pase a la siguiente fase, a falta del último partido ante Islandia.