Dos mujeres votan durante las elecciones celebradas en Bangladesh. / Abir Abdullah (Efe)
ELECCIONES generales

La Liga Awami seguirá rigiendo el destino de Bangladesh

Los comicios han estado marcados por la violencia y el boicot de la oposición, que los ha calificado de "farsa"

NUEVA DELHI Actualizado: Guardar
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La gobernante Liga Awami ha ganado las elecciones generales celebradas ayer en Bangladesh, protagonizadas por la violencia y el boicot de la oposición, que calificó los comicios como una "farsa", han informado fuentes oficiales.

La Comisión Electoral ha confirmado de madrugada la reelección de la actual primera ministra, Sheij Hasina, un resultado esperado dado que en la mitad de los 300 distritos del país no se presentaron candidatos de la oposición.

La Liga Awami ha ganado en 105 de los 139 circunscripciones donde se votó, que se suman a los 127 que ha logrado en las zonas donde la oposición no se presentó, lo que le otorga una mayoría de más de dos tercios. Hasina formará un nuevo Gobierno este mismo mes.

Las elecciones se repetirán en ocho distritos, en los que la violencia evitó que los votantes depositarán sus votos: en todo el país ardieron unos 200 colegios electorales y murieron 19 personas en choques con las fuerzas del orden, de acuerdo con 'The Daily Star'.

La oposición convoca dos días más de huelga

El principal partido opositor, el Partido Nacionalista de Bangladesh (BNP), liderado por Jaleda Zia, quien ha denunciado que está bajo arresto domiciliario, ha llamado a una nueva huelga desde hoy lunes de dos días para forzar la celebración de nuevas elecciones.

El BNP, que lidera una coalición de 18 formaciones políticas, pide la cancelación de las elecciones por su desacuerdo con la creación de un Gobierno interino liderado por la Liga Awami. La ley establecía la creación de un Ejecutivo interino formado por todos los partidos para supervisar los comicios, pero Hasina modificó la legislación en 2011 y ahora controla el proceso electoral. Hasina y Zia se han alternado en el poder en las últimas dos décadas y son acérrimas enemigas. Estados Unidos y la Unión Europea rechazaron enviar observadores.

La tensión suele intensificarse en los periodos electorales en este superpoblado país, con 150 millones de habitantes, pobres indicadores de desarrollo, graves problemas medioambientales y muy fragmentado políticamente.