Jesé (d) se abraza con Benzema tras el gol del francés al Celta. / Javier Lizón (Efe)
Fútbol | Primera División

Jesé desatasca a un Madrid obtuso

El Celta desaprovechó sus ocasiones y se despidió del Bernabéu con una derrota demasiado severa.

MADRID Actualizado: Guardar
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El primer partido del año se atragantó para el Real Madrid. Como después de un atracón navideño, los blancos saltaron al campo con lentitud de reflejos y con problemas para pensar. Ante un Celta bien replegado y con los jugadores muy cercanos en defensa a los merengues le costó encontrar motivos para la esperanza. Ancelotti ordenó a sus futbolistas multiplicarse en las bandas para abrir el sistema de Luis Enrique, pero la idea tropezó con la falta de velocidad de los organizadores locales y con la tendencia de Di María y Cristiano hacia el centro con el balón. Con los extremos cerrados, con Modric y Xabi Alonso demasiado calmados se estrecharon los ángulos para llegar a la portería rival.

Sin embargo, el mayor problema para el Real Madrid fue la actitud del Celta porque el equipo vigués no se conformó con defender y se atrevió a buscar la victoria en el Bernabéu. De hecho, solo una gran intervención de Diego López en un cara a cara con Charles en el minuto 5 de partido impidió que los de Vigo se animaran con una ventaja temprana. Después, los de Luis Enrique demostraron que su puesto en la clasificación se debe a la falta de puntería de sus atacantes. Charles, quien fue el máximo goleador de Segunda División en la pasada campaña, y Rafinha fueron incapaces de explotar el adormecimiento de la defensa del Real Madrid y aprovechar una par de oportunidades cada uno para anotar un gol en el Bernabéu.

Con el potencial peligro del Celta y las dificultades de los blancos para encontrar la concentración, los madridistas debieron reflexionar en los vestuarios sobre todo aquello para lo que no tuvieron tiempo sobre el césped. Ancelotti ordenó la sustitución de Illarramendi por el desaparecido Xabi Alonso para cambiar el tono pero la senda no varió un ápice porque el único argumento fructífero era el contragolpe de tiempos no tan lejanos. Finalmente, el técnico italiano decidió modificar su esquema y dar entrada al reclamado Jesé y a la esperanza blanca Gareth Bale. La doble sustitución dio la razón al preparador con un resultado inmediato cuando el voluntarioso Jesé encontró al fin una rendija en la muralla celtiña y sirvió a Benzema el gol del alivio blanco. Así, el canario, el futbolista que más pases de gol ha dado en las últimas cinco jornadas (tres), presionó de nuevo a Ancelotti para que le encuentre un hueco entre las estrellas. Con su habilidad en la banda abrió los ángulos que no vieron antes sus compañeros y transformó a un Madrid obtuso en la apisonadora que no perdona. Quince minutos después otro canterano del Madrid posibilitó la sentencia con un centro magnífico al contragolpe que remató Cristiano.

Con el partido sentenciado el Celta volvió a pisar con frecuencia el área de Diego López y multiplicó las sensaciones de que su falta de pólvora lo había condenado en Madrid. De hecho, la calidad que exhibieron los de Luis Enrique podría gustar a los aficionados al buen juego pero la falta de solvencia a la hora anotar asustará a sus seguidores porque el equipo celeste se encuentra en posiciones de descenso. En el otro lado el Madrid enseñó las verdades irrefutables del fútbol. Cristiano Ronaldo anotó dos goles en las dos únicas acciones entonadas de su gris noche y el Celta no pudo discutir. Bale, con solo dos entrenamientos en los últimos días, aportó las mejores acciones de su equipo gracias a su calidad y a su velocidad y ofreció a ‘CR7’ el tanto con el que aplastar al Celta. Es decir, que el Madrid se acogió a la contundencia de sus atacantes y un remiendo de Ancelotti con Jesé permitió el despegue de un equipo que sigue apuntando potencial pero que hasta el momento se frena sin desarrollarse al máximo.