Los agentes tratan de dispersar a los manifestantes. / Foto: Sergio Moraes (Reuters) | Vídeo: Atlas
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Cargas policiales en la protesta contra la subasta petrolera

Once consorcios privados se disputan la explotación del yacimiento de Campo Libra, que cuenta con unas reservas de entre 8.000 y 12.000 millones de barriles de crudo

BRASILIA Actualizado: Guardar
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La Policía brasileña ha comenzado a dispersar con gases lacrimógenos y balas de goma a los manifestantes que se encontraban en las inmediaciones del complejo hotelero de Río de Janeiro, protestando contra la subasta pública de los derechos de explotación del mayor yacimiento petrolífero hallado en Brasil, Campo Libra.

Centenares de trabajadores de la empresa petrolera estatal Petrobras se habían congregado a las puertas del Hotel Windsor Houvecorreria Barra, en donde hasta once consorcios petroleros privados se disputan la explotación del profuso yacimiento de Campo Libra, que cuenta con unas reservas de entre 8.000 y 12.000 millones de barriles de crudo, prácticamente la misma cantidad descubierta durante los 60 años de existencia de la compañía brasileña.

Según las reglas de la subasta, quien obtenga los derechos de explotación deberá permitir que Petrobras tenga una participación del 30%, así como el derecho a operar en todas las nuevas plataformas que se levanten, según ha explicado Agencia Brasil. Al mismo tiempo, la empresa que puje más alto deberá abonar una fianza al Estado de unos 5.000 millones de dólares.

La polémica subasta se debe, según el Estado brasileño, que ha dejado claro en varias ocasiones que quiere que al menos un 70% de los beneficios permanezcan en la región, a la falta de infraestructuras y capacidad para ejercer por sí solo la explotación de Campo Libra, cercana a la costa del estado de Río de Janeiro.

Las protestas de los trabajadores de Petrobras, en huelga desde hace dos días, amén de por reivindicaciones de mejoras salariales, están motivadas por su negativa a que empresas extranjeras hagan negocios con el crudo brasileño. No obstante, las fuertes medidas proteccionistas y los altos precios que exige el Gobierno han alejado a las grandes compañías petroleras, según han apuntado muchos analistas.