Carbonell, durante la actuación del 'solo'./AFP
Natación Sincronizada

Ona se estrena con un bronce

Carbonell conquista la primera medalla para la delegación española

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Sucesora de dos grandes de la natación, como Gemma Mengual y Andrea Fuentes, Ona Carbonell se confirmó este sábado como la referencia de la sincro española. En su primera actuación en una prueba en solitario en la alta competición, Carbonell conquistó la medalla de bronce y puso la primera piedra del monumento que se ha propuesto edificar en los Campeonatos del Mundo de natación de Barcelona. Quiere siete metales, de siete posibles, una gesta que no logró ninguna de las dos nadadoras que le precedieron como líderes del equipo español. De momento ya tiene una presea, puede que la más complicada, por aquello de la motivación de nadar en casa, que es un estímulo, pero que puede suponer una carga de responsabilidad añadida.

Pero Carbonell no se amedrentó. Ni la bisoñez, ni el sorteo, que le fue esquivo y le hizo nadar en la posición decimotercera en la final de la tarde, ni tampoco el hecho de saltar al agua justo después de la china, lo que le añadió algo más de presión, ya que la nota de la asiática (que en las eliminatorias le superó) fue alta y para superarla Ona tenía que hacer un ejercicio casi perfecto. Nadó a su estilo: fuerte, rápido y potente, en el que la puesta en escena siempre es explosiva, por momentos espectacular. Tuvo algún problema de estabilidad, aunque acertó en los giros. Si acaso, de cara a la final de solo libre, que tiene entre ceja y ceja, debería pulir algún detalle, como intentar que durante el ejercicio se vea todo el traje de baño fuera del agua, para que los jueces no penalicen la puntuación. Al final logró un 9,4, que no dejó muy contento al respetable que llenó el Palau Sant Jordi, que pidió más puntuación, aunque ya se sabe cómo son los públicos en España con los árbitros.

Quizá Ona aspiraba a un poco más para su 'La voz de violín', incluso soñaba con lo máximo, pero se encontró con dos rivales, la rusa Romashina (9,6) y la china Xuechen (9,5), que estuvieron un peldaño por encima. Sobre todo la rusa, justa ganadora, y fiel ejecutora de la escuela de su país Tiene la friolera de 12 medallas en campeonatos del mundo, en las 12 pruebas que ha nadado hasta la fecha. Nada como ninguna y en Rusia ya no echan de menos a su zarina, Natalia Ischenko, que se ha retirado de manera temporal para ser madre. Como Ona, Romashina debutaba como solista, y la responsabilidad no le pesó. Tampoco a Ona, que se guarda su mejor bala, la del solo libre, donde ahí sí cree que tiene opciones de estar más cerca de la china y de la rusa. Con la canción de 'Barcelona' que interpretaron Montserrat Caballé y Freddie Mercury en 1992 cree que puede meterse al público en el bolsillo y por qué no asaltar el lugar más alto del cajón. Por lo menos, recuperar la segunda plaza que conquistaron tanto Mengual como Fuentes en 2009 y 2011. Ona, en cualquier caso, quiere ir por poco a poco. «Estoy muy contenta», dijo tras subirse al tercer escalón del podio. «Es la primera que hacía un solo en un mundial y el público me ha emocionado al salir a la plataforma de salida», relató. Su valoración era «positiva». «Estoy emocionada, pero hay que ir poco a poco, carpe diem porque la competición es muy dura», señaló.

De momento, Ona tiene un bronce y la selección nacional tiene bien encarrilada la plata en la rutina técnica por equipos. En esta modalidad no están las chinas, lo que da más opciones a España, que se clasificó para la final con la segunda marca, por detrás de Rusia, algo lejos, y por delante de Ucrania y con una buena renta. Ona no saltó al agua, para dosificar esfuerzos, porque este domingo tiene la segunda etapa de su particular maratón, con el dúo técnico, junto a Marga Crespí. La segunda medalla está al caer.