La policía dispersa con gases lacrimógenos a los manifestantes. / Sedat Suna (Efe)
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Erdogan exhibe músculo reprimiendo a los manifestantes

La policía turca impide con gas lacrimógeno la entrada en Taksim

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Los agentes antidisturbios turcos han disparado gases lacrimógenos en la céntrica calle Istiklal de Estambul para impedir que un grupo de manifestantes se acercara a la plaza de Taksim, tomada desde anoche por los agentes.

Los policías han empleado vehículos blindados para cerrar la calle ante los manifestantes que siguen profiriendo cánticos de resistencia, y mientras los comerciantes de la vía piden a los policías que no disparen más gas. Aunque un par de manifestantes han arrojado piedras a los agentes, la mayoría les ha recriminado su actitud y hay personas que visten chalecos del sindicato de funcionarios KESK que tratan de poner orden y evitar agresiones a los policías.

Aparte de gases, los agentes han disparado balas de goma de forma indiscriminada desde la torreta de uno de los blindados, lo que ha provocado carreras y escenas de pánico entre los manifestantes. Un agente disparó un bote de humo directamente a un grupo de personas que habían acudido a socorrer a un joven que había caído al suelo, alcanzado por los proyectiles. Los canales de televisión turcos están emitiendo también imágenes de una multitud que marcha por Akaretler, en el distrito de Besiktas, hacia la plaza de Taksim. Los agentes han hecho también una redada en la sede del Colegio de Ingenieros Mecánicos para impedir que siguiera siendo usada como improvisado centro de atención a los heridos en la represión de las protestas.

La Policía también ha usado cañones de agua contra la gente concentrada en el cementerio del distrito de Kurtulus. Las autoridades han cerrado el puerto de Besiktas, el más cercano a Taksim, para impedir la llegada de manifestantes desde los barrios de la parte asiática de la ciudad.

Erdogan se justifica

El primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha advertido a la gente que no se deje engañar y no atienda a las llamadas a manifestarse en la plaza Taksim. "Apelo al sentido común de la población", ha dicho el mandatario, quien ha justificado el desalojo de la plaza y del parque Gezi en que sus ocupantes insistían en quedarse pese a sus promesas de que cumpliría la voluntad popular respecto al polémico proyecto de reurbanizar la zona.

En un multitudinario mitin en Estambul, el primer ministro se ha defendido de las acusaciones de brutalidad policial contra los manifestantes, vertidas tanto dentro como fuera del país. "Antes de nosotros, la Policía podía usar la fuerza sin ningún limite. Nosotros vinimos y lo restringimos", ha dicho en relación a su partido, el islamista moderado AKP, en el poder desde hace once años. Además, ha asegurado que durante su mandato se han acabado los malos tratos en prisiones y comisarias y se han levantado las limitaciones a la libertad de expresión y manifestación.

"No podéis manifestaros donde queráis", ha acusado, sin embargo Erdogan, quien ha insistido en asegurar que se han producido actos de vandalismo durante los 18 días de protestas y que los hoteles en la zona están vacíos. "¿Quién pagará por ello?", ha preguntado a sus simpatizantes, que coreaban gritos de "Turquía está orgullosa de ti".

Por otro lado, el ministro turco para la Unión Europea, Egemen Bagis, ha manifestado que toda persona que intente entrar en la plaza Taksim será considerada un "terrorista". La Policía "intervendrá contra cualquiera que trate entrar en la plaza Taksim como si fuera un terrorista", ha afirmado Bagis, citado por la edición digital del diario turco 'Hurriyet'. Bagis se ha mostrado muy crítico con los medios extranjeros por exagerar en sus informaciones sobre los acontecimientos que se están desarrollando en Turquía.

Uso masivo de gas pimienta

Los nuevos incidentes se producen horas después de que las calles alrededor de la plaza Taksim de Estambul fuesen escenario de una verdadera "caza" al manifestante por parte de la policía turca, después de un violento desalojo del parque Gezi que llegó por sorpresa y sin respetar el plazo prometido por el primer ministro. Sobre las 18.00 GMT del sábado, los agentes antidisturbios comenzaron la invasión del parque, centro y símbolo de las protestas contra el Gobierno que sacuden Turquía desde hace más de dos semanas.

El uso masivo de gas pimienta fue de nuevo la estrategia que siguieron los agentes para tratar con los manifestantes, que fueron retrocediendo pacíficamente metro a metro, pero sin disolverse y aplaudiendo. Según las autoridades, 29 personas han sido hospitalizadas a causa de heridas sufridas en el operativo policial, aunque en las redes sociales los activistas turcos hablan de muchos más, tratados por médicos voluntarios alrededor de la plaza y del parque.

La presencia de numerosos reporteros no afectó a la contundencia con que se produjo la operación e incluso varios periodistas fueron agredidos por policías al intentar grabar a agentes que "gaseaban" a uno de los ocupantes de la plaza que se resistió a abandonar su tienda de campaña. Tras salir del parque, muchos manifestantes se refugiaron en hoteles cercanos. En el Hotel Intercontinental, la policía formó ante la puerta y exigió a la dirección que expulsara a quien no fuera huésped.

En otro hotel, el Divan, Ramiz Topal, un diputado del principal partido de la oposición, el CHP, fue golpeado por los agentes, según declaró la propia víctima. "La Policía está atacando a su propio pueblo. No le veo un fin a esto", denuncio el parlamentario. Varios blindados de la policía atacaron con cañones de agua a la muchedumbre congregada ante la puerta y lanzaron granadas de gas, que causaron decenas de heridos, algunos graves, por inhalación. Frente a la Universidad Técnica, jóvenes y adolescentes formaron una cadena humana, erigieron una barricada y se conjuraron para resistir a los agentes. "Taksim en todas partes. En todas partes resistencia", gritaban los manifestantes, el lema de guerra de la revuelta ciudadana.