Benicio del Toro, a su llegada a Cannes./ Afp
cine

Cannes ovaciona el cine poético de Alejandro Jodorowsky

Benicio del Toro regresa al festival con Jimmy P.', un filme de tintes freudianos

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El universo poético de Alejandro Jodorowsky fue aclamado con una ovación de pie este sábado en el Festival de Cannes tras el estreno mundial de 'La danza de la realidad', su autobiografía «psicomágica» en la que el veterano director de cine chileno recrea su pasado. La película de dos horas y diez minutos se estrenó en la sección paralela de la Quincena de los Realizadores, que no es competitiva, en presencia del director de 84 años radicado en París desde hace décadas. El filme relata en lenguaje poético la traumática infancia del autor en Tocopilla, pequeña ciudad del norte de Chile donde nació en 1929 en el seno de una familia de inmigrantes y a la que regresó para rodar la película.

Hijo de judíos rusos instalados en este remoto poblado, el pequeño Jodorowsky vivió una infancia separada de otros niños y sumido en el peculiar mundo de sus padres. En 'La danza de la realidad', Jodorowsky toma de la mano al espectador y lo lleva a un viaje introspectivo hacia la niñez y su universo fantástico.El filme desató una salva de aplausos y bravos en su primer pase a la prensa, tal vez porque realiza a través de la magia del cine el sueño imposible de todo ser humano de dialogar con su infancia -«conservar al niño», dice Jodorowsky al final de la aventura-, y en el caso del autor, reconciliarse con sus padres. «Espero que esta experiencia psicológica les sirva también a ustedes, que no se trate sólo de cine como entretenimiento, sino de cine como experiencia», dijo al público al final de la proyección.

La autobiografía levanta vuelo en alas de la imaginación y se aparta de la realidad pero de algún modo la sigue describiendo: su madre Sara, que soñaba con ser cantante, sólo se expresa a través del canto, lo cual da al filme la forma de un musical intermitente cada vez que figura ese personaje (Pamela Flores). El padre, interpretado por Brontis Jodorowsky, hijo del realizador, aparece vestido como su admirado Stalin -según Jodorowsky el detalle es real- y conspira para matar al general Carlos Ibáñez del Campo, presidente de Chile de entonces, en una proyección imaginaria de los deseos del padre.

«Para mi familia, fue una bomba sicológica muy fuerte», admite el director. «Mi hijo Brontis interpreta a su abuelo, otro de mis hijos, Adán, a un político que se suicida por culpa de Brontis, o sea que de alguna manera Brontis mata a su hermano, los vestuarios son obra de mi esposa Pascale». Otro hijo del autor, Cristóbal Jodorowsky hace el papel del «teósofo». La película que por momentos recuerda el universo de Fellini, satisface al espectador acostumbrado al despliegue visual barroco y alucinógeno de los filmes culto de Jodorowsky ('El topo' o 'La montaña sagrada').

Sin embargo, en 'La danza de la realidad' todo es más austero, a la imagen de la árida y polvorienta Tocopilla. El director suprimió mucha de la maquinaria utilizada habitualmente en los rodajes para limitarse a una «steadycam», la cámara con harnés manejada por una sola persona, y a cuadros fijos inspirados de su prolífica incursión en el cómic.Figura del underground de los 70s y desde entonces en lucha permanente contra el cine comercial .

'Indio' Del Toro

Benicio del Toro se metió en la piel de un indio norteamericano que combatió en la segunda guerra mundial para su rol en 'Jimmy P.', del francés Arnaud Despleschin, un filme freudiano. La película está basada en el libro 'Psicoterapia de un indio de las llanuras', que recoge los diálogos entre James Picard (Del Toro) y el antropólogo y psiconalista francés Georges Dévereux, encarnado por Mathieu Amalric, en la famosa clínica Menninger de Topeka, Kansas, en 1948. Dévereux curó a Jimmy, un indio de la tribu pies negros, de los severos dolores de cabeza que sufría, que no eran causados por heridas recibidas en la guerra ni por esquizofrenia, como se creía, sino por traumas de su niñez y juventud.

«Conocer la situación de los indios norteamericanos fue fundamental para entender a mi personaje», declaró el actor estadounidense de origen puertorriqueño que lleva el peso del filme en sus hombros, junto con Amalric. Del Toro, de 46 años y que fue coronado con el premio de interpretación de Cannes en el 2008 por su papel de Ché Guevara en el filme 'Che', de Steven Soderbergh - galardón que el actor dedicó al guerrillero nacido en Argentina- explicó que cuando Desplechin le envió el guión, lo que más le llamó la atención fue la «originalidad» del tema. «Leo muchos guiones y éste me impactó por su originalidad», afirmó Del Toro en una rueda de prensa en Cannes tras la presentación del filme a la crítica, que lo aplaudió, aunque sin entusiasmo.