entrevista

Alonso: «El PP es el primer interesado en que se esclarezca el caso Bárcenas»

El portavoz del Grupo Popular en el Congreso niega que la política corrompa, pero admite que "hay ladrones que se meten en política"

MADRID Actualizado: Guardar
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España, junto con Chipre, eran hasta el momento los dos únicos países de la Unión Europea sin Ley de Transparencia. El Ejecutivo de Mariano Rajoy ha dado el paso y, además de la legislación, quiere cambiar incluso la manera en que los españoles ven la política. Todo ello, mientras el PP zozobra a causa del 'caso Bárcenas'. Alfonso Alonso, portavoz del Grupo Popular en el Congreso, rompe el silencio de otros dirigentes nacionales de su formación y en esta entrevista arremete contra el extesorero del partido.

- ¿Cuál será el cambio más importante que a su juicio va a introducir esta Ley de Transparencia en la política española?

Pues acostumbrarnos a que los ciudadanos tengan derecho a saberlo todo. Hay muchas cosas que aún no se saben y a partir de que se apruebe será mucho más accesible conocer el proceso previo a las decisiones. Todo se tiene que saber y todo tiene que estar a disposición del ciudadano, salvo aquellas informaciones que puedan suponer un riesgo para la seguridad nacional. Y el Gobierno da este paso porque de esta manera se confiará más en España como país. Sólo existían dos países en la UE que no han impulsado una ley de transparencia: España y Chipre.

- Las medidas de regeneración democrática que impulsa el Gobierno llegan al Parlamento en un momento en el que la corrupción política es el segundo problema de los españoles, según el CIS.

Tenemos que entender que estamos en un proceso de reforma que no consiste solamente en reformas económicas, sino que se trata de una voluntad profunda de renovar el país para que seamos más competitivos y que, por tanto, podamos generar más oportunidades sobre todo para los jóvenes y así construir un país que sea más justo. Los ciudadanos, cuando muestran esta preocupación, identifican correctamente los problemas que tienen la sociedad española y que nosotros tenemos que cambiar. En España hay un Estado de derecho que funciona, pero se puede mejorar.

- Sin embargo, hay dirigentes políticos, como el ministro Wert, que opinan que es exagerada la percepción sobre la corrupción.

Cuando un país decide limpiar la corrupción y apostar por la transparencia, seguramente hay una primera fase en la que las portadas de los periódicos se llenen de casos, porque hay que sacar los cosas. Y eso debe producir indignación y un fortalecimiento de los controles que han fallado y provocar una catarsis.

- Rajoy, por lo que usted dice, está decidido a acabar con la corrupción. ¿Pero eso es posible?

Bueno, la corrupción. La naturaleza humana es la que es, pero lo que hay que hacer es ponerlo muy difícil y, sobre todo, reflexionar de la manera en la que nosotros reflexionamos cuando se produce un caso. Lo que no puede ser en España es que, conocido el caso de que alguien se ha estado aprovechando de su poder, de su influencia o de su cargo para enriquecerse, los tribunales tarden hasta quince años en dar respuesta. Tenemos que esforzarnos en ser más ágiles.

- Tanto poner el foco en la corrupción política no puede provocar una pérdida de vocaciones políticas, es decir, que los jóvenes huyan de los cargos públicos.

La verdad es que los corruptos son muy minoritarios dentro de la política. La fuerza de la convicción, de los ideales, del proyecto que uno tenga es lo que atrae a la gente a la política. Y, entonces, sí merece la pena el compromiso. No hay una muerte de la política.

- ¿Se aproxima el final de los grandes partidos en España, tal y como está ocurriendo en otros países europeos?

El sistema de partidos es consustancial a la democracia y consagrado en España y en el resto de los países desarrollados con los que a nosotros nos gustan compararnos. En los países con los que competimos hay un sistema de estabilidad política, con grandes partidos.

- En el último Debate del estado de la Nación, el Grupo Popular lideró una iniciativa que aboga por incrementar el control sobre las instituciones públicas, entre ellas, la Casa de Rey.

Nosotros no estamos cerrados a ningún debate, pero con los límites que marca la Constitución, que señala que la Casa Real puede disponer libremente de los fondos que se le asignen.

- ¿La clave podría ser que la misma Casa del Rey pidiera al Gobierno o al Congreso que aumentaran los controles sobre sus cuentas?

La Casa Real ya ha dado muchos pasos en sus sistemas de control. Nosotros no partimos de una desconfianza de base.

- ¿Cuál será el cambio más importante que a su juicio va a introducir esta Ley de Transparencia en la política española?

Acostumbrarnos a que los ciudadanos tengan derecho a saberlo todo. Sólo existían dos países en la UE que no han impulsado una ley de transparencia: España y Chipre.

- El PSOE se ha mostrado reticente a respaldar las medidas de corrupción que impulsa el PP y el Gobierno por el 'caso Bárcenas'.

Había alguna razón por la que el PSOE era renuente a participar. Nosotros aceptamos sus propuestas y las incorporamos. El PSOE está actuando como un partido minoritario en la Cámara y no quiere llegar a ningún acuerdo con el Gobierno. Está radicalizando el discurso.

-¿El 'caso Bárcenas' se ha convertido en un problema endémico para el Partido Popular?

Últimamente, los grupos parlamentarios de la oposición solo preguntan por eso. Pero España tiene problemas más serios, como por ejemplo, los seis millones de parados. Yo quiero que este asunto lo resuelvan los jueces cuanto antes, pero claro que él ha sido tesorero del PP. Y estas cosas han ocurrido. ¿Cómo no nos van a preocupar a nosotros? El PP es el primer interesado en que se esclarezca el caso Bárcenas.

- ¿Con la Ley de Transparencia ya no serán posibles nuevos casos Bárcenas o ERE?

Algunos de estos casos no podrían volverse a dar, pero no nos engañemos: siempre habrá ladrones. La prevención es control, pero sobre todo lo importante es dar una respuesta judicial rápida y contundente a estos casos. A mí no me gusta llamarles corruptos. La política no corrompe, lo que pasa es que hay ladrones que están en política. La política es un oficio noble y es una vocación de servicio a tu país. Lo que es verdaderamente repugnante es que haya gente que vaya a la política a robar. Y ese es un sinvergüenza y un ladrón y tiene que responder ante la justicia de su delito y del daño que está causando a la sociedad.

- ¿Se imagina votar en el Congreso la independencia de Cataluña?

Sinceramente, eso no se va a producir nunca y me parece profundamente condenable que algunos intenten aprovecharse de la crisis.