Los 'cuentos animales' de Guadalupe Nettel ganan el Ribera del Duero

La narradora Guadalupe Nettel (Ciudad de México, 1973) ha sumado a su palmarés el premio de relatos Ribera del Duero, que falló el jueves su tercera edición. De carácter bianual y con una bolsa de 50.000 euros, es el premio mejor dotado en el ámbito hispano. Nettel se lo adjudicó por 'Historias Naturales', título provisional de una colección de cinco cuentos de "inspiración animal" ambientado en otros tantos países. Indaga en las conexiones ente los comportamientos humanos y los animales con unos relatos que verá pronto publicados en el sello Páginas de Espuma, especializado en texto breves en español que creó este premio hace siete años con el amparo de la denominación vinícola.

"Tan contenta como atónita", se reconocía la escritora al saberse ganadora de un premio más disputado que nunca y al que aspiraron casi 900 originales remitidos desde una treintena de países. Nettel se impuso a otros cinco finalistas de fuste que aspiraban a este galardón: su compatriota Ignacio Padilla, la uruguaya Cristina Peri Rossi, los españoles Eloy Tizón y Ernesto Calabuig, y el argentino Gustavo Nielsen.

El jurado estimó que los cinco relatos de la colección "destacan por la alta calidad de su prosa, su impecable tensión narrativa y unas atmósferas en las que lo anómalo se aposenta en lo cotidiano" según el acta.

Para la narradora mexicana y admiradora de Poe fue toda una premonición que el presidente de jurado fuera Enrique Vila-Matas "un escritor al que también admiro". Esta circunstancia le animó a presentarse a un premio "que ha ganado un notable prestigio en solo tres convocatorias", aunque no oculta Nettel que la dotación económica "ejerció también su atractivo".

"Más a menudo de lo que creemos y sin reconocerlo nos comportamos como animales. Nuestros cerebros y genes son similares y quizá por ello nuestros comportamientos", anticipa Nettel que ambienta los relatos en países en los que ha vivido, Francia, China, España y su México natal. Los vincula con animales domésticos, de peces a insectos, pasando por gatos o serpientes. Narra así sobre matrimonio que espera en un piso de París el nacimiento de su hijo con la única distracción de una pecera, en torno a una familia bien cuya vivienda invaden unas cucarachas que acabarán siendo el almuerzo familiar o el apasionado amor adultero de dos músicos que comparten una infección genital que deciden no tratar para mantenerse más unido y que titula irónicamente 'Hongos'.

Con estos cuentos Nettel intenta "por una parte representar los complejos vínculos que existen entre animales y seres humanos", y que sirvan "como metáfora o comparación de determinadas actitudes de los personajes". En manos del lector el próximo mes de mayo, es la penúltima etapa cuentística de una narradora muy versátil que alterna sus relatos con novelas y ensayos, y que ha recibido varios galardones. "A veces necesito hacer algo largo y otras veces terminar las cosas más rápido" dice la libérrina escritora, madre de dos hijos y vecina del D.F., que no se adscribe a ninguna generación ni movimiento literario

Licencia en Literatura hispana en México y doctorada en Ciencia del Lenguaje en París Nettel, ha publicado tres colecciones de cuentos: 'Juegos de artificio', 'Les Jours fossiles' y 'Pétalos y otras historias incómodas'. También el ensayo 'Para entender a Julio Cortázar' y dos novelas 'El huésped' -finalista del premio Herralde en el 2005 - y 'El cuerpo en que nací' ambas publicadas por Anagrama. Traducida a una decena de idiomas, obtuvo en su país el premio de cuento Gilberto Owen, y en Francia el Prix Radio France International para autores no francófonos, el Premio Antonin Artaud y el premio Anna Seghers.

Enrique Vila Matas presidió un jurado del que formaron parte los también escritores Cristina Grande, Ignacio Martínez de Pisón, Samanta Schweblin y Marcos Giralt Torrente, ganador de la pasada edición. También José Trillo, presidente de la Denominación de Origen Ribera del Duero, y Juan Casamayor, editor de Páginas de Espuma al que la salud jugó una mala pasada que le impidió estar presente en la comunicación del fallo.