El padre Celedonio Allende ha estado 36 años como misionero en Kivu (Congo)./ Archivo
CURIOSA INICIATIVA

Don Celedonio, el africano

El padre Allende, exmisionero en Kivu (Congo), prepara a los 93 años un diccionario español-suajili-español

MADRID Actualizado: Guardar
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«Habari ya asubuhi padiri!». 36 años escuchando cada mañana los «¡buenos días padre!» en suajili dan para mucho más que el diccionario que don Celedonio Allende ha preparado pensando en los aventureros que quieran seguir sus pasos, allá en el corazón de África, en las montañas del Congo, donde este misionero zamorano, que en marzo cumplirá los 94, ha invertido su salud y casi la mitad de su vida. Don Celedonio, que además de en castellano y francés se maneja en las lenguas bantúes, ya ha recopilado cinco mil palabras y expresiones que ha traducido del castellano al suajili, y otras 2.500, en el camino inverso.

Su modesto proyecto no desea competir con las hercúleas editoriales dedicadas a los idiomas, ni siquiera se ha rodeado de filológos, traductores o expertos en gramática, sino que todo es producto de su fértil memoria y de los 36 años entregados a los desheredados del Zaire, actual República Democrática del Congo. Diabético, enfermo del corazón, con ocho operaciones encima y las piernas destrozadas (las salvó de milagro de una gangrena que le devoró la piel y ahora se ayuda de un andador), a don Celedonio le gustaría que su diccionario abriera caminos a los misioneros que se aventuren a vivir las miserias y alegrías del Congo. Igual que hizo él, cuando con 46 años, y tras 22 de sacerdote, se embarcó en un vuelo de Sabena hacia la remota misión de los Carmelitas Descalzos en la región de Kivu.

«Llegué la medianoche del 14 de enero de 1966», recuerda el venerable sacerdote. Allí permaneció hasta los 82, cuando regresó a España, a la Residencia de su Orden en Madrid, donde no ha pasado un solo día sin que haya dejado de pensar en África. «Por mí, me iría mañana, pero mi superior no me deja», dice, mientras su prior sonríe y asiente con la cabeza. Fruto de esas casi cuatro décadas africanas surgió ‘Florecillas de la misión’, otro librito breve, sencillo y cálido en el que Allende desgrana con sensibilidad y humor sus vivencias como misionero. La obra fue publicada en 2007 por la ONG Puente Solidario, a la que don Celedonio también ha confiado su pequeño diccionario, aunque los recursos para editarlo no son los mismos que entonces.

Anédoctas luminosas y miradas amargas

Alegrías, cansancios, éxitos, fracasos, guerras, asaltos de bandidos... las páginas rebosan de anécdotas, casi siempre luminosas, pero también hay hueco para la mirada amarga a aquellos episodios de sangre y machetazos de hutus y tutsis y de multitudes arrastrándose hacia los campos de refugiados del Congo. Otras son deliciosas, como la de su amigo Ngulu, ‘el caníbal’, jefe de la tribu Ñanga que tenía siete mujeres hasta que abrazó la religión católica y se quedó con una. O la del carmelita italiano que en sus ratos libres se dedicaba a cazar leones y que le embarcó en la persecución de un ejemplar peligrosamente herido. No todo iba a ser aliviar el dolor de los leprosos, enseñar a los niños o levantar escuelas, dispensarios y parroquias.

Así que tal vez entre las ‘florecillas’ de don Celedonio brote pronto su diccionario. Quién sabe si a Benedicto XVI le sucede un Papa africano y se pone de moda el suajili, que se habla en Tanzania, Kenia, Uganda, Mozambique, Congo, Ruanda, Burundi, Somalia y Zimbabue. «¿Un Papa africano?»... «No lo creo, no lo creo», se sincera con una sonrisa el ‘padiri’ Celedonio.