El primer ministro vuelve a pedir un Gobierno tecnócrata

El primer ministro tunecino, Hamadi Yabali, ha vuelto a defender públicamente su propuesta de formar un Gobierno de tecnócratas y "apolítico" como la mejor solución para Túnez, donde la situación es muy convulsa tras el asesinato, el miércoles, del dirigente izquierdista Chukri Bel Aid.

"Estoy convencido de que (el gobierno de tecnócratas) es la mejor solución para nuestra situación, pues está al servicio de Túnez y de todos los partidos (...) estoy convencido de que esta decisión evita más tensión", ha señalado Yabali en un discurso televisado al país tras una jornada de huelga general, convocada para condenar el asesinato de Bel Aid y pedir la dimisión del Ejecutivo.

Yabali, que ha reconocido que tomó esta decisión de manera individual sin consultarlo con su partido -el islamista Al Nahda, mayoritario en el Gobierno de coalición-, ha insistido en que va a "continuar con la realización de esta iniciativa", cuya responsabilidad asume, y que, ha dicho, tuvo que tomar "para salvar al país". "Cuento con que todos la apoyen por el interés y el bien del país y del pueblo", ha apuntado Yabali, que ha declarado que algunos partidos, que no ha citado, están empezando a poner condiciones. Ayer, el vicepresidente de Al Nahda, Abdelhamid Yalasi, aseguró que esta formación "no está de acuerdo con la postura tomada por el jefe del Gobierno".

En su alocución, el primer ministro ha insistido en que las elecciones deben celebrarse rápidamente y que su propuesta "ofrece a todos los partidos y al pueblo alcanzar rápidamente una solución de concordia, un Gobierno independiente que trabaje para llevar a cabo los objetivos de la revolución". De llegarse a formar, el nuevo equipo no necesitaría contar con el visto bueno de la Asamblea Nacional Constituyente, dominada por Al Nahda.

Yabali, que ha ofrecido este discurso coincidiendo con la jornada de huelga general y el entierro de Bel Aid, donde la gente ha mostrado un día más su rechazo al actual Ejecutivo, ha pedido a la población que se manifieste de manera pacífica sin atentar contra los intereses de la nación.