INESTABILIDAD EN LA REGIÓN

Miles de tunecinos dan el último adiós al opositor Chukri Bel Aid

Para marcar el funeral la central sindical histórica, la Unión General Tunecina del Trabajo, y los partidos políticos organizaron una huelga general que está siendo muy seguida

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Túnez celebraba este viernes con una huelga general muy seguida los funerales del opositor Chokri Belaid, cuyo asesinato ha provocado un terremoto político en el país y enfrentamientos violentos. Unas 3.000 personas estaban concentradas ya para asistir por la tarde en un barrio del sur de la capital tunecina al entierro de este político anti-islamista muy médiatico desde la revolución de 2011, asesinado a tiros el miércoles.

Para marcar el funeral, que ha caído como una bomba, la central sindical histórica, la Unión General Tunecina del Trabajo (UGTT), y los partidos políticos organizaron una huelga general este viernes que estaba siendo muy seguida. Los vuelos hacia y desde Túnez fueron anulados; los transportes apenas funcionaban, los supermercados, tiendas y cafés estaban cerrados en numerosas ciudades, y las calles casi vacías. La UGTT, que cuenta con 500.000 afiliados, pidió calma y recogimiento a los tunecinos. "Es una huelga pacífica contra la violencia", dijo la central.

En el mismo tono, el ministerio del Interior llamó "a todos los ciudadanos, hombres y mujeres, a respetar en estas circunstancias excepcionales el derecho a trabajar y el derecho de huelga, y a evitar todo lo que pueda atentar contra la seguridad pública". La última convocatoria de huelga general se remonta al 14 de enero de 2011, el día en que cayó el régimen de Zine El Abidine Ben Ali, quien huyó ese día a Arabia Saudita.

El asesinato de Chokri Belaid, sin precedentes en los anales contemporáneos, suscitó dos días de violencia entre la policía y los manifestantes en todo el país. Un agente murió en los enfrentamientos. El opositor será inhumado por la tarde en Djebel Jelloud, en la periferia sur de Túnez, después de una procesión. La familia ha pedido al ejército que proteja al cortejo. "Mi hijo es un hombre que ha vivido con coraje y de forma digna. Nunca ha tenido miedo, se ha ido como un mártir por su país", repite su padre, Salah Belaid, a los visitantes que vienen a inclinarse ante los restos cubiertos de flores en el domicilio familial, engalanado con la bandera nacional.

Desde las 08H30 GMT, decenas de personas, entre ellas varias personalidades de la oposición, fueron a la casa a dar su último adiós y recitar versículos del Corán. Desde el miércoles, las cadenas de televisión emiten canciones comprometidas y talk-show enardecidos que dan la palabra a políticos y ciudadanos, que dan rienda suelta a su tristeza, su cólera y su miedo. "Adiós Chokri, mártir de la libertad", gritaban delante de su domicilio, en el lugar en que fue abatido con tres balazos.

Su viuda Besma, paralizada por el dolor, guardaba silencio después de repetir los tres últimos días que el asesinato de su marido fue encargado por los islamistas en el poder del partido Ennahda. El asesinato agravó además la crisis política en el país. El primer ministro islamista, Hamadi Jebali, pidió el miércoles la creación de un gobierno de tecnócratas, lo que su propio partido, Ennahda, rechazó.

La presidencia indicó el jueves que no ha "recibido la dimisión del primer ministro, ni los detalles de un gabinete limitado de tecnócratas", y Jebali no ha aparecido en público desde hace 36 horas. La violencia política y social se ha multiplicado en los últimos meses, espoleada por quienes ven defraudadas la ilusiones nacidas de la revolución, y por la emergencia de milicias pro islamistas acusadas de atacar a opositores.