Dora García: «El arte puede ser cualquier cosa»

Definir la figura de Dora García (Valladolid, 1965) no es fácil. Heredera de la soterrada corriente que ha ido modernizando el arte español desde los años 70, su trabajo es difícilmente reproducible en imágenes o palabras: gran parte de él se basa en la experiencia directa del público, en lo intangible o lo inalcanzable, y también en las relaciones entre obra, artista, espectador y lugar, lo que vuelve muy complicada cualquier explicación si uno no vive sus “experiencias guionizadas”, como alguna vez las ha definido.

García suele referirse a sí misma como una “contadora de historias” y muchas veces ha declarado que lo ve “todo como literatura”. Fue muy celebrada su serie de “frases de oro”, aforismos acuñados o recopilados por ella misma y reproducidos en diferentes formatos –desde papel a grandes muros– en letras doradas. Y no, no es licenciada en Filosofía y Letras, sino en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca. Acto seguido y gracias a una beca, completó sus estudios (de 1989 a 1991) en la que, por consenso, es la mejor escuela de arte del planeta: la Rijksakademie de Ámsterdam (Holanda).

Hoy es la artista española más reconocida fuera de nuestras fronteras desde Cristina Iglesias y, aunque no existe ningún vínculo entre ellas, resulta curioso que los pocos objetos artísticos que ha producido Dora García, fueron esculturas en poliuretano allá por 1994. Su rigor intelectual, su sutil combatividad y la forma en que vincula estética y discurso le han llevado por prestigiosas bienales (de Estambul o Sao Paulo a Venecia) y ahora hasta la Documenta 13 de Kassel, la cita más importante del arte europeo, donde presenta un “talk show” televisivo continuo, que se emite a través de la televisión de la ciudad y en la web www.dieklaumichshow.org. (Más información en MujerHoy.com)