Degenkolb gana el primer sprint

El equipo Argos, una de las formaciones invitadas a la Vuelta a España en 2011, al igual que en esta edición, solucionó el año pasado su presencia en la prueba con Marcel Kittel, que logro ganar una etapa.

Este año, su hombre rápido es el alemán John Degenkolb, un tanque alemán que mide 1,80 m. y pesa 79 kilos, y que en la primera oportunidad que ha tenido ha conseguido ganar, «con lo que el equipo tendrá mucha menos presión y podremos ir más tranquilos».

En una etapa que no tuvo historia, Alberto Contador sumó dos segundos de bonificación al ser tercero en el sprint especial de Viana, en el que arañó dos segundos, con Castroviejo muy cerca de él.

Quizá no olvide que la Vuelta a España que ganó, la de 2008, lo hizo gracias a las bonificaciones. Ya lo decía en la llegada: «Todos los segundos son importantes. Nunca sabes el tiempo que te puede hacer falta para poder vencer. Para el equipo no ha supuesto un gran esfuerzo. El esprint estaba en una subida, me han arropado muy bien y me he visto delante».

Degenkolb, que fue medalla de bronce en los mundiales de 2010, en Australia, y plata en la misma categoría en 2008, en Varese, hizo valer la potencia que acumula y también su juventud. Sólo tiene 23 años y cumple su segunda temporada en el mundo profesional.

Decidió dedicarse al ciclismo porque no le gustaba el fútbol y su aspiración como ciclista es ser campeón del mundo. Fue una de las grandes revelaciones de 2011. En su primera campaña con los profesionales logró seis victorias, lo que le convirtió en una de las revelaciones de la temporada.

Nacido en Gera, una localidad que perteneció a la República Democrática Alemana y su ídolo de juventud era Olaf Ludwig, conocido como el ‘El Emperador del Este’. Una figura olvidada al que no conocen las nuevas generaciones y que se convirtió en una máquina de ganar.

Si le preguntas a un alemán por él, la respuesta es fulminante: «Todos los buenos ciclistas alemanes proceden de lo que era la República Democrática Alemana». Cayó el muro de Berlín hace muchos años, pero han logrado mantener algunas de aquellas estructuras de las que siguen saliendo buenos ciclistas, a pesar de lo denostado que se encuentra este deporte en Alemania

Su destino profesional parece encaminado hacia las clásicas puesto que ha conseguido buenos puestos en la Het Nieuwsblad (12), París-Roubaix (19) o París-Tours (11) donde no tiene el problema de su corpulencia para entrar dentro del tiempo reglamentario.

Sobre su triunfo este domingo comentó: «La parte final de la etapa era muy rápida, sobre todos los últimos cinco kilómetros. El equipo Orica ha trabajado mucho, pero mis compañeros me han arropado muy bien».

Un corredor de futuro

Descartó cualquier rivalidad con Marcel Kittel: «Cuando se tuvo que retirar en el Tour, lo sentí mucho. Tengo muy buena relación con él y me gustaría poder trabajar en un Tour para que pudiese ganar».

Degenkolb venció por delante de Allan Davis (Orica) y de Ben Swift (Sky). La nómina de hombres rápidos está muy igualada en la presente edición de la Vuelta a España. No hay ninguno que destaque sobre los demás, por lo que las llegadas van a ser una auténtico saco de sorpresas. Va a depender, más que nunca, del tipo de final que se encuentren los corredores y del estado físico en el que lleguen para poder hacer la llegada.

El problema para Degenkolb es que va a necesitar a su equipo para entrar dentro del control en las etapas más duras. Con 79 kilos de peso, en las jornadas asturianas lo pasará mal para llegar dentro del control, del tiempo reglamentario.

Quien se quedó, una vez más, cerca de poder ganar fue Allan Davis, que siempre se encuentra con algún rival, joven o veterano, que termina superándole. Este domingo fue Degenkolb que en dos años de profesional suma ya once triunfos y ganar, donde sea, se cotiza caro.

Da toda la impresión de que será un hombre importante en el futuro. Lo tiene todo, juventud, velocidad y fuerza. La Vuelta a España continúa descubriendo nuevos valores, con Movistar defendiendo el maillot rojo.

Mucho va a tener que moverse la prueba para que Castroviejo lo pierda en la llegada a Arrate.