Cuidados de la piel bajo el sol

Han pasado más de dos décadas desde que se descubriera el agujero en la capa de ozono y, poco a poco, la población fuera incorporando a su vocabulario habitual palabras como rayos ultravioletas, cáncer de piel o factor de protección en la crema solar. El mundo está concienciado de los peligros de una exposición inadecuada pero, ¿nos protegemos adecuadamente del sol?

Según la dra. María Segurado, Jefe de Dermatología del Hospital del Sureste de Madrid y asesora de Nivea, los españoles somos alumnos aventajados en la materia aunque nos alerta de una asignatura pendiente, la protección diaria. Para Segurado, voz de la campaña "Los socorristas de la piel" que Nivea ha iniciado este verano, el principal problema es asociar la toma de sol a las exposiciones prolongadas que realizamos cuando acudimos a la playa, a la piscina o a un paseo por el campo, por ejemplo, sin tener en cuenta las pequeñas exposiciones en nuestra vida cotidiana. "A veces nos olvidamos de que nuestra piel también está expuesta al sol cuando damos un paseo, cuando hacemos cola para entrar a un museo e, incluso, cuando conducimos", recuerda la especialista, que ofrece además las claves para poder disfrutar de todos los beneficios que aporta la luz solar, entre los que destacan la reducción del estrés, el refuerzo del sistema inmunitario y la activación de la vitamina D en el organismo.

En primer lugar destaca la elección de una buena crema solar, con un factor de protección adecuado para cada situación y para nuestro tipo de piel. En este sentido, recuerda que un error frecuente es "creernos caribeños" y recomienda detectar cuál es nuestro fototipo de piel teniendo en cuenta el color de nuestro cabello, piel y ojos, así como la manera en la que nuestra piel reacciona a la exposición solar para determinar así cuál es la protección adecuada.

Un sencillo truco

Otra recomendación es aplicar la cantidad necesaria de crema solar porque, asegura, un mal cálculo puede reducir exponencialmente el factor de protección. Y ofrece un sencillo truco para calcular una dosis básica: trazar con la crema solar una línea desde la muñeca hasta la punta del dedo corazón. "Debemos usar una dosis para cada brazo o para cara, cuello y orejas, y dos dosis para cada pierna, para el torso y para la espalda". En el caso de que usemos un spray, una dosis equivaldría a pulverizar 15 veces el producto y la aplicación por cada zona sería la misma que con la crema. Asimismo, sugiere no extender en exceso la crema ya que, si nos pasamos, "una protección de 50 puede convertirse en una de 30".

Otra clave importante es aplicar de nuevo crema solar después de cada baño para renovar el nivel de protección. También hidratar la piel por dentro, bebiendo más líquidos e incrementando la ingesta de frutas y verduras que, además de aportar agua al organismo, contribuyen a regular el aporte correcto de melamina, la defensa natural que produce nuestro cuerpo frente al sol.