El escritor Daniel Pennac. / Archivo
LITERATURA

La historia de un cuerpo humano

El escritor francés Daniel Pennac cuenta en su última novela, 'Diario de un cuerpo', la vida de un hombre a través de la evolución de su organismo

MADRID Actualizado: Guardar
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Un diario donde lo importante no son las emociones ni los sentimientos afectivos. Donde no se reflejan las convicciones políticas, religiosas ni las circunstancias sociales del narrador. Solo la relación íntima con su cuerpo. La evolución de los estados físicos que su organismo experimenta a los largo de su vida. Este es el argumento de ‘Diario de un cuerpo’, la última novela del escritor francés Daniel Pennac (Casablanca, 1944).

«El título expresa exactamente el contenido del libro», aseguró su autor. Y es que la novela es un repaso a la historia de un cuerpo humano. En concreto el de su protagonista, que empieza a escribirlo en 1936, cuando tiene 12 años y sufre una experiencia traumática, y mantiene ese relato introspectivo hasta que fallece en 2010.

Sin embargo, no es un diario al uso. Las circunstancias externas del protagonista se conocen a través de las manifestaciones de su organismo. La exploración de su cuerpo durante la adolescencia, el goce de las relaciones sexuales propio de la juventud, la preocupación por las enfermedades y el envejecimiento en su madurez o el temor a la muerte en sus últimos años. El resto de su vida, lo exterior y accesorio, solo aparece en fotogramas.

Y es que Pennac se aleja del diario íntimo, muy habitual en la adolescencia y basado en una emoción inicial -un primer amor, celos, desengaños-, que años después dejan de tener sentido tras la desaparición de ese sentimiento original. «En esos diarios tradicionales se habla de todo menos de su relación con el cuerpo. Y a mí el tabú de lo íntimo me apasiona”, argumenta. Y no solo a Pennac. Los 250.000 ejemplares vendidos en solo cuatro meses demuestran que al público también le interesa esa novedosa fórmula introspectiva.

En pleno siglo XXI, donde la imagen exterior se ha convertido en objeto de culto, el autor de ‘Mal de escuela’ pretende dar voz al organismo y a las señales que emite a su «dueño». «Nunca se había exhibido tanto el cuerpo y, sin embargo, la relación íntima que mantenemos con él parte de un silencio colectivo», explica Pennac. Por eso considera que en realidad, el protagonista escribe en su diario sobre la «soledad absoluta» de enfrentarse a sí mismo.