El COAM repasa casi un siglo de historia a través de la sillas. / RC
DISEÑO

Sillas como joyas

Las creaciones de maestros como Jacobsen, Aalto, Mies, Breuer, Gropius, Sacarpa, Kit o Urquiola son clásicos eternos y objeto de deseo

MADRID Actualizado: Guardar
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Es la reina indiscutible en el campo del diseño. Su majestad la silla es la prueba de fuego para arquitectos y diseñadores, que ponen a prueba con este sencillo y milenario mueble el alcance y las posibilidades de su talento. De Egipto a Roma, de Mies a Le Corbusier, de la Bauhaus a la Escuela de Chicago, el diseño de una silla es el súmmum del oficio, capaz de consagrar y hacerle un hueco en la historia a su creador. Queda patente en la muestra ‘Royalties’ que exhibe hasta el ocho de junio en la nueva y soberbia sede del Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM) medio centenar de estas joyas. Piezas casi centenarias en algunos casos, clásicos eternos como los diseños de Marcel Breuer que están en la colección del Moma, pero que se siguen siendo objeto de deseo. Se fabrican y se comercializan a precios de obra de arte por las mejores firmas de diseño del planeta, sus prototipos cotizan al alza en la salas de subastas y se copian con descaro.

No están en esta muestra todas las que son, pero sí hay una excelente representación de los iconos del diseño de la última centuria. Como la silla ‘redonda uno’, pieza más que singular del danés Hans J. Wegner que se adjudicó el rimbombante título de ‘la silla más bella del mundo’, reducido luego al elocuente y minimalista ‘la silla’. Bautizada por su creador como ‘PP mobler 501’, se consagró por ser el asiento elegido por su extraordinaria comodidad para el histórico debate televisado que mantuvieron en 1960 John F. Kennedy y Richard Nixon. .

“Hay muebles de tirar y de heredar, y aquí están algunos de los que pasarán de generación en generación” se ufana Marco Gil, comisario de la muestra y responsable de la selección en la que destacan potentes emblemas del diseño universal, como a sillón ‘Egg’ de Arno Jacobsen, la ‘silla patín’ de Mies, que lleva al limite su máxima de “menos es más’, o la asimétrica silla ‘Fjord’ de Patricia Urquiola, española que con sus diseños para ‘Moroso’ reina en la vanguardia del diseño de mobiliario.

Con un precio de 800 euros la ‘silla patín’ de Mies es un icono universal del diseño. Creada en 1927, supuso una genial ruptura moldes, fruto en parte de la casualidad, ya que aprovechó la experimentación con la técnica de plegado de tubos para fabricar bicicletas. “Explica por sí misma la tesis que Mies aplica para el urbanismo de Chicago” dice el comisario. Recuerda que Mies evidenció la importancia del diseño convirtiendo el verso de Gertrud Stein “una rosa es una rosa, es una rosa” en “una silla es una silla, es una silla”. Un sencillo elemento capaz de sintetizar todas las virtudes y exigencias del diseño para que, como enseñaba la Bauhaus, “la forma siga a la función”.

Replicadas

En la escala más baja de precios, en torno a los doscientos euros, pero en top de la funcionalidad y la eficiencia, está la sillas de más éxito del mundo, y sin duda alguna la más replicada. Es la ‘número 7’ de Arno Jacobsen un sencillo asiento de madera laminada -con siete capas, de ahí su nombre– de perfecta ergonomía, patas de acero cromado robustas y ligeras y diseño tan elegante como sencillo. “Es sin duda la silla más y peor copiada del mundo” explica Marco Gil.

Jacobsen es uno de los gigantes del diseño del siglo XX, con el 90 por ciento de sus piezas en producción y venta seis décadas después de su concepción. Como el sillón ‘Egg’ que diseño para el hotel Royal de Copenhague en 1958 y que sigue siendo un clásico.

Completa el pódium de las ‘súper-sillas’ el modelo ‘40/4’ que se fabrica en Dinamarca desde mediados de los sesenta y que toma su nombre de su prodigiosa capacidad de apilamiento. Cuarenta de estas sillas se pueden apilar en cuatro pies de altura (1,2 metros). Su creador es David Rowlan. Fue su proyecto de de licenciatura en las Cranbrook Academy de Chicago, donde estudió junto a Charles Eames y Florence Knoll. Con un precio de 170 euros y diez años de garantía que dan idea de su resistencia, más de ocho millones de estas sillas de inspiración ‘bauhasiana’ se reparten por el mundo. Fue la elegida, junto al pupitre ad hoc, para las aulas de instituto Cervantes en todo el orbe.

La muestra, según su comisario, quiere contribuir a cambiar la sensibilidad española, mucho más atenta al exterior que al interior. “En España vivimos mucho en la calle y abandonamos los interiores, tanto que casi no sabemos disfrutar de un buen mueble”, lamenta Marco. Los bellos muebles que ha seleccionado “dialogan y enriquecen la arquitectura” y se elaboran por firmas de de Dinamarca, Italia, Suecia o Estados Unidos.

“Son joyas que destilan modernidad, aunque en algunos casos tienen más de un siglo, y que se convierten en muebles patrimonio”. Para ello resulta primordial garantizar la calidad y la fidelidad al diseño original “que los dota de belleza, comodidad y longevidad” en un mundo en el que la copia barata hace estragos y es cada vez más común dar gato por liebre. De ahí que el título de ‘Royalties’ (derechos de autor en inglés) aluda tanto a la garantía que permite distinguir y valorar las piezas auténticas de las “copias estéticas” como a la capacidad de generar ingresos durante años a sus creadores.