FÚTBOL | LIGA DE CAMPEONES

Mario Gómez encabeza la humillación al Basilea

El Bayern le hizo un ‘siete’ al modesto equipo suizo, con cuatro goles del delantero de origen español

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El anfitrión de la final de la ‘Champions’ sigue vivo, y muy vivo. No hubo sorpresa en el duelo definitivo entre el poderoso y el modesto, pero sí un resultado escandaloso del Bayern, liderado por un Mario Gómez en estado de gracia que acarició el ‘repóker’ de Messi ante el Leverkusen. Andaba renqueante el delantero de origen español porque el sábado, cuando marcó un ‘hat trick’, le clavaron un taco en la tibia, pero el contratiempo no le hizo perder su pegada.

Estaba obligado el Bayern de Múnich a remontar en su campo el 1-0 de la ida, y al equipo alemán le bastó un tiempo para dar la vuelta a la eliminatoria. El Basilea arrancó encerrado en su campo con la intención de mantener su ventaja y no pudo soportar el vendaval ofensivo de un Bayern muy superior. En el limitado grupo de favoritos para conquistar la Copa de Europa, junto al Barça y al Madrid, y cuando se jugaba más de media temporada en el segundo partido de octavos, el el Bayern dio un auténtico repaso al Basilea y confirmó su recuperación física y mental, el día de la reaparición de Schweinsteiger.

El Basilea que tanto tocó y jugó en su terreno fue la cara opuesta en Múnich, un equipo radicalmente distinto que había sido revelación en esta gran competición que últimamente se ha acostumbrado a los ‘sietes’. El Bayern pasó por encima del equipo suizo que eliminó al Manchester United y apenas permitió un acercamiento del Basilea en todo el partido. Con su velocidad, ambición, poderío en lo físico y lo táctico, el juego por bandas de Robben (doblete) y Ribéry (tres asistencias) y la definición de Mario Gómez (ya 10 goles, y ocho de ellos dentro del área), el Bayern afrontó un partido comodísimo y ridiculizó a la defensa visitante.

El Basilea se vio desbordado por la posesión y potencial ofensivo de un Bayern insaciable que hizo lo que quiso con un Basilea superado por las circunstancias. En el momento de la verdad, el Bayern volvió a ser grande y a recuperar el respeto y empequeñeció a un rival que, después de ganarse tantos elogios por su fútbol, se despidió humillado.