Crisis Financiera

Es necesario un cambio de estrategia

No pueden sorprender las perspectivas económicas que la Comisión europea acaba de publicar sobre la economía española y los países de la eurozona

PROFESOR DE ECONOMÍA DE ESADE Y MIEMBRO DEL TEAM EUROPA Actualizado: Guardar
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No pueden sorprender las perspectivas económicas que la Comisión europea acaba de publicar sobre la economía española y los países de la eurozona. Se esperaba, como ya pronosticaron otras instituciones, que nuestra economía confirmaba su entrada en recesión, lo peor de esta noticia es que esta recesión va a continuar a lo largo de los próximos trimestres. Será el segundo año, desde que se inició la crisis en 2008, que el crecimiento de la economía española es negativo. Y si los responsables de la economía española no dan un golpe de timón al rumbo mantenido hasta hoy esta recesión puede ir a peor. La previsión de contracción del 1% no tiene en cuenta las medidas de recorte adicionales que el Gobierno deberá aprobar en los presupuestos de 2012 para cumplir con los objetivos de déficit comprometidos. España deberá aplicar un tijeretazo formidable: en 2012 tendría que rebajar el déficit del 8% al 4,4%, lo que supone recortar unos 40.000 millones de euros más.

Es evidente, y creo que en este momento la mayoría de expertos y analistas económicos se han convencido, que actuando únicamente mediante lo que se conoce como “la trampa de la deuda” es decir creer que restableciendo el equilibrio presupuestario renacerá la confianza y, a partir de ahí, saldremos de la crisis, nos lleva al mismo destino que ha llevado a Grecia y Portugal con caídas para este año del 4,4% y 3,3% del PIB respectivamente. No se puede seguir apostando solo por ese camino, es necesario y muy urgente tomar medidas muy decididas que, sin empeorar el déficit nos impulsen hacia el crecimiento económico.

En este sentido va la carta que algunos jefes de Gobierno europeos, entre ellos los de España, Italia y Reino Unido, han dirigido al Consejo europeo. Ésta ha sido la primera señal de disidencia, de momento de 11 países, al régimen de protectorado que Alemania está ejerciendo desde que se inició la crisis. Ángela Merkel debe darse cuenta que su medicina no cura, más bien está agravando la enfermedad de los enfermos y está contagiando a aquellos países que parecían sanos.