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El Barça sabe sufrir ante la Real

Los culés siguen a siete puntos del Real Madrid gracias a los goles de Tello y Messi

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El Barça ya no es el que era. Con un Messi que ha perdido frescura y le cuesta acertar las que antes anotaba casi sin querer, el conjunto azulgrana ya no gana en su campo con la facilidad que acostumbraba. No sólo eso. Ante la Real acabó perdiendo tiempo y pidiendo la hora, lo nunca visto en su campo. La noche se presentaba muy fría en Barcelona y de alguna manera el equipo blaugrana se contagió del rigor meteorológico. Temperatura bajo cero, que dejó helados a los culés, tanto de ideas, como de creación y de resolución. La Real, en cambio, arrancó algo timorata, pero poco a poco fue viendo que la proeza de puntuar en el coliseo azulgrana era posible y terminó el partido con cuatro delanteros y confiando en la campanada. Aunque todo acabó en susto para los azulgrana, que gracias a un gol de Tello y otro de Messi, que pudo hacer tres o cuatro, mantienen distancias con el Madrid. Los momentos importantes de la temporada se acercan y el Barça da síntomas de que no llega en el mejor estado deseable.

En parte por las bajas, lo que obligó a Guardiola a alinear un equipo de circunstancias, sobre todo pensando en el choque copero del miércoles ante el Valencia. Quizá subestimó un ápice el de Santpedor a la Real Sociedad, que jugó de forma valiente. Guardiola ve que se acercan los momentos decisivos de la temporada y tomó precauciones. Es de suponer que el técnico azulgrana no esperaba sufrir tanto ante los txuriurdines. Por eso, dejó en el banco a Piqué, Xavi, Alexis, Busquets y Abidal y apostó por una alineación inédita, más propia de pretemporada, con Tello y Cuenca acompañando a Messi en la punta de ataque. El de Santpedor, que tiene a cinco jugadores lesionados, además de otro -Keita- que es baja por estar en la Copa África, decidió no arriesgar, con la vista en la vuelta de las semifinales ante el Valencia, en el que será el primer partido trascendental de la temporada. No arriesgó y casi compromete el devenir liguero de su equipo, que no obstante y a pesar de no contar con los habituales quiso finiquitar cuanto antes el choque.

Arrancó como un tiro el Barça, que a los 8 minutos ya ganaba el partido. Fue una gran jugada de Messi. No anda fino en la resolución, pero sí en el pase. El de Rosario lanzó en profundidad a Tello en la banda izquierda, el canterano se deshizo de la marca de Carlos Martínez y, ante la salida de Bravo, cruzó el balón e hizo el primero. Sin apenas esfuerzo y en poco más de 10 minutos el Barça ya dominaba el partido. Con el marcador a favor, el Barça disfrutó de sus mejores momentos y fue capaz de hacer hasta cuatro o cinco ocasiones claras en la primera parte. Pero Messi no tenía su noche. Falló un penalti en Valencia y se le ve como triste en el campo. Esa sensación de que las cosas no le salen como antes se contagió a los suyos y dio alas a la Real, que también viajaba mermada por las bajas y a medida que transcurría el choque iba armándose de moral.

La media parte marcó el punto de inflexión. Ambos técnicos movieron ficha y en esta ocasión, como en Anoeta, el francés Montanier casi le gana la partida a Guardiola. El de Santpedor abandonó la línea de tres defensas de la primera parte, retrasó a Adriano para tapar las entradas de Prieto y Martínez, pero no consiguió lo que buscaba. En parte porque la decisión del galo de situar a Griezmann en punta y retroceder a Ifrán a la media punta enchufó a los donostiarras. Acostumbrados a viajar a Barcelona a no ser goleados, de repente se vieron con posibilidades de puntuar. Ni siquiera el gol de Messi, rápidamente contrarrestado por Vela, frenó el ímpetu de los guipuzcoanos, que acabaron el partido muy arriba. El Barça, en cambio, tuvo que pedir la hora.