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Pierde 5.000 euros por culpa de Remedios Cervantes

La exmodelo se lanzó en un arrebato a cambiar la respuesta correcta en el último segundo

MADRID Actualizado: Guardar
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Remedios Cervantes se empeñó en elegir el tema alimentación en lugar de Historia porque se consideraba más experta en la materia. Carlos Sobera, presentador de 'Atrapa un millón' (Antena3), lanzó la pregunta: "Diluido en agua, ¿cuál es mejor conductor, la sal o el azúcar?". El joven concursante amadrinado por la exmodelo, sin mucha convicción, optó por sal como respuesta, "no sé si por el sodio o no sé qué". Su elección, correcta, suponía 5.000 euros de premio si no se hubiera precipitado la malagueña.

Remedios Cervantes, en un principio al margen de la decisión, cruzada de brazos, comenzó a barruntar después de que el concursante ya había respondido. La también presentadora de televisión participaba en programa como madrina famosa del joven Mario, con posibilidad de intervenir en la decisión, para bien o para mal.

"No estoy segura", decía mientras tiraba de la comisura del labio hacia arriba en un signo inequívoco de ingenio. "Me suena a mí más el azúcar, fíjate tú", descolocó al concursante arqueando las cejas, más cerca de parecer un tentador diablillo malo que un ángel de la guarda. Seis, cinco, cuatro, tres, dos... Y un arrebato lanzó a Miss España 1986 a cambiar la respuesta correcta mientras el concursante gritaba a voz en cuello "¡No, no, no!". Pero lo hizo. Y se sintió orgullosa de su impulso en un primer momento. "Se ha acabado", zanjó satisfecha. Efectivamente, se había acabado; pero, en ese momento, no se imaginaba hasta dónde se había acabado.

"La primera vez que he hecho esto. A lo mejor me voy a arrepentir y le voy a tener que dar los 5.000 euros". El concursante, que esperará que estas palabras no caigan en el olvido, se tapó la mano con la boca mientras meneaba la cabeza. Intuía un final desalentador. Remedios Cervantes leyó la intuición, se llevó las manos a la nuca y sus ojos se volvieron cristalinos: "Por favor, dime que no me he equivocado". Carlos Sobera, maestro en el terreno del suspense, alargó el momento con una retahíla de gracias: "¿Pero qué necesidad había de cambiar la respuesta en el último momento?".

El muchacho estaba perplejo. "A mí me suena la sal", dijo delicadamente, con las manos detrás de las espalda, aguantando los impulsos que Remedios Cervantes no supo controlar. No era para menos, estaba a punto de perder 5.000 euros. "¿Pero yo por qué no me he quedado en mi casa?", se preguntaba ella en voz alta. Mario suspiraba y levantaba las cejas, incrédulo, mientras tenía que escuchar de los lamentos de Cervantes por, ya lo esperaban todos, haber errado la respuesta. Y sí, efectivamente, la madrina famosa se había equivocado, como confirmó por fin Sobera después de la lenta agonía del concursante.

Con la boca seca, Mario pudo arrancar un muy respetuoso "Te dije que no, Remedios", con una cara de frustración y contención evidente. Sobera trató de quitarle hierro al asunto: "Es parte del juego". El chico consiguió como premio un juego de mesa del concurso. Remedios Cervantes se llevó otro para casa. El programa, según anunció en su Facebook después del revuelo formado en las redes sociales, decidió dar una segunda oportunidad al concursante y volverá a jugar en próximas ediciones.