Patricia Araque, presidenta de Ellas 2.0, presentando el primer Founder Friday Madrid, junto a Marta Esteve, fundadora de Rentalia.com y Nieves Fernández, fundadora de Familiafacil.es
TECNOLOGÍA

Emprender en femenino

Llegan a España los Founder Fridays, un evento de networking iniciado en Silicon Valley con el objetivo de apoyar a las mujeres emprendedoras

MADRID Actualizado: Guardar
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Patricia Araque tenía un plan: tener su propia empresa. Hace ocho años cumplió su objetivo, pasando a engrosar el escuálido porcentaje que arrojan las cifras de mujeres emprendedoras en España: el 36,4% de un colectivo que, aunque de manera tímida, aumenta año tras año en un país donde la idea de emprender sigue siendo para muchos poco menos que un suicidio. Pero Patricia no solo tiene negocio propio, sino que forma parte de un movimiento cuyo objetivo es apoyar a otras mujeres que quieren seguir sus pasos dentro del emergente mercado tecnológico. Se trata de Women 2.0, una organización con sede en Silicon Valley (California) que intenta promover el cambio social a través del apoyo a mujeres emprendedoras, dotándolas de recursos y visibilidad con la creación de una potente red de contactos.

Patricia es directora y cofundadora de la réplica española, Ellas 2.0, dependiente de la organización original y que trata de exportar su filosofía a un país que abraza poco a poco la emergente cultura laboral. Su última aportación ha sido la implantación de los Founder Fridays, un evento gratuito de networking que se celebra el primer viernes de cada mes en Madrid y Barcelona con la idea de crear nuevas redes profesionales entre emprendedoras, expertos del sector e inversores. El evento, encuentro de referencia en San Francisco y exportado también a Palo Alto, Los Ángeles y Nueva York, tiene vocación global y la filosofía imperante en Silicon Valley de prueba-error. El perfil a quien va dirigido es claro, aunque no excluyente: ser mujer y estar interesada en proyectos de base tecnológica, un sector que la presidenta de Ellas 2.0 considera clave para el futuro y en el que las mujeres españolas solo representan un 2%: “Las empresas con base tecnológica marcarán los próximos diez años la economía de este país y a nivel global y, si no nos ponemos las pilas, nos quedamos fuera de un ámbito que va a ser crucial en el futuro”, advierte Araque.

El objetivo principal del evento, según explica su organizadora, es “tejer redes muy potentes y acercar a las mujeres a contactos interesantes”. Un ejercicio de networking puro y duro en el que las participantes pueden obtener contactos pero, sobre todo, inspiración para desarrollar el gusanillo emprendedor. Una vez encaminadas, las emprendedoras también pueden optar a roundtables en las que sentarse junto a inversores. “En un mercado, el tecnológico, tan competitivo, era necesario encontrar un canal para que los proyectos no se queden en el camino”, explica Araque.

Intolerancia al fracaso

El primer encuentro fue un éxito para las expectativas de sus organizadoras, con más de 300 personas inscritas. Un número que no da para llenar un estadio de fútbol pero que sirve con creces para crear “un espacio continuado en el tiempo”, idea principal de un evento diseñado para compartir inquietudes y evitar el “aislamiento” del emprendedor en un país poco comprensivo con este perfil.

En España “no hay tolerancia al fracaso, no se premia al emprendedor y apenas hay referentes de éxito, menos aún en emprendimiento femenino”, lamenta la organizadora. Araque detecta una marcada diferencia con las culturas anglosajonas, que se convierte en abismal en comparación con la filosofía de Silicon Valley, donde, asegura, un inversor “ni te escucha” si vas con tu primer proyecto debajo del brazo: “La credibilidad te llega después de un par de fracasos, porque entienden como lógico que falles en los primeros intentos, aprendas de tus errores y continúes, eso es emprender”. Afortunadamente, señala, la situación está cambiando para una cultura laboral que cada vez está “más de moda” y que ha atraído la atención de los políticos, “porque ven que la única forma de generar empleo es que alguien lo cree”.

Para Araque, sin embargo, “este es un buen momento para emprender, porque hay muchos problemas que solucionar” y asegura que, después de todo, emprender aquí no es más o menos difícil que en otras partes del mundo, aunque abomine de la pesada máquina burocrática y de las subvenciones, una ayuda que, sostiene, puede incluso hacer daño a los modelos de negocio. Y, como guinda, brinda un consejo fundamental: no perder la paciencia en la que, señala, “es una carrera de fondo y no de velocidad”, así como rodearse de la gente adecuada para poder ver la situación con perspectiva, “un factor fundamental, casi diría higiénico, para tener un soporte durante la aventura que supone emprender”.