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El Mallorca agudiza la crisis del Zaragoza

Los maños son un equipo que cada vez da más síntomas de estar en descomposición y que parece incapaz de reaccionar, por contra a lo que ocurrió la pasada temporada

ZARAGOZA Actualizado: Guardar
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El Real Mallorca, con su primera victoria fuera de casa desde hace nueve meses, agudiza la crisis de un Real Zaragoza que cada vez da más síntomas de estar en descomposición y que parece incapaz de reaccionar, por contra a lo que ocurrió la pasada temporada.

El conjunto maño es un equipo agarrotado, sin un creador que ponga orden y pueda surtir de balones a los hombres de medio campo hacia arriba. En él no se atisba nada, no da opción a ver una mínima luz de esperanza por lo que pone sobre el terreno de juego y que solo transmite desesperanza porque da la sensación de que aunque jugara dos partidos seguidos sería incapaz de marcar un gol.

Al Mallorca, como al resto de rivales que ha tenido enfrente, le bastó estar sólido en defensa y no hacer regalos para llevarse con facilidad un partido que era de más de tres puntos, ya que zaragocistas y mallorquinistas son rivales en la lucha por la permanencia. El conjunto insular salió dominando de inicio el balón ante un Zaragoza que pareció demasiado tenso por su delicada situación en la clasificación, aunque a partir del minuto veinte se igualó la situación.

El juego por parte de ambos conjuntos era inexistente y lo único que se podía apreciar era trabajo físico y nada más porque el balón no salía de la zona medular y su presencia en las áreas era meramente testimonial. Un error del conjunto local a la hora de sacar el balón controlado propició la primera ocasión del partido para los visitantes, en el minuto 36, que acabó en un remate a la cruceta de "Alvaro".

Esa jugada fue el preludio del gol del equipo bermellón, que llegó tres minutos después, en un cabezazo de "Víctor" Casadesús junto al poste izquierdo. La única ocasión local llegó en un mal despeje del meta israelí Dudu Aouate que no aprovechó Juan Carlos, cuyo disparo lejano, con el cancerbero fuera de su área, no llegó a su destino. Tras el descanso, y a pesar de los cambios, el conjunto de Javier Aguirre no mejoró nada, siguió sin ideas, temeroso y sin presencia en el área, lo que hace que para poder marcar un gol se necesite un milagro.

Los minutos del segundo periodo se fueron desgranando sin que el conjunto maño creara un clara ocasión, a pesar de que dominó el juego, ante un Mallorca que no sufrió para llevarse los tres puntos. Los minutos finales, ante la incapacidad del equipo, el público se dedicó a mostrar su malestar con el propietario del equipo, Agapito Iglesias, al que le pidió que se marchara con reiteración.