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Entre el glamour y la fuerza

David Beckham protagoniza los prolegómenos de la final de la Copa MLS entre los Galaxy y el Houston Dynamo

Los Ángeles Actualizado: Guardar
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Con David Beckham y Landon Donovan en filas de Los Ángeles Galaxy, y Brian Ching y Carlo Costly en las del Houston Dynamo, la final de la Copa MLS, que se celebra este domingo, oscilará entre el glamour de Hollywood y la fuerza de un fútbol que cada día conquista un poco más de identidad.

Galaxy y Houston se enfrentan desde las seis de la tarde, una de la madrugada en España, en el estadio Home Depot Center de Carson, un suburbio de Los Ángeles, donde se han vendido desde hace días las 25.000 localidades de la instalación.

Ambos equipos van por su tercer título de Liga, con entrenadores que también saben lo que es ganar una final de campeonato. Son conjuntos bien colocados en defensa y gustosos de pases largos y contragolpes a destajo.

Los Galaxy parten como grandes favoritos en su propio estadio, donde llevan 23 partidos seguidos sin conocer la derrota, lo que le permitió ganar por segundo año consecutivo la Copa Supporters Shields, que se otorga al mejor equipo de la temporada regular, y con ella, el billete para la Copa de Campeones de Concacaf.

Con Beckham, el jugador que más partidos ha disputado con la camiseta de Inglaterra y líder de asistencias esta temporada; Landon Donovan, goleador del equipo con 12 tantos este año y máximo cañonero en la historia de la selección de Estados Unidos, y Robbie Keane, el artillero más productivo de todos los tiempos en el equipo de Irlanda, los Galaxy se han convertido en una maquinaria demoledora.

Bruce Arena, director técnico de LA Galaxy, ya condujo dos veces al DC United al título (1996 y 1997) y desde que asumió el mando del conjunto 'galáctico' en 2008 le ha guiado siempre a la Liguilla.

Al estilo Hollywood

Houston saldrá dispuesto a no ser el cordero de sacrificio en el templo mayor del fútbol estadounidense. Su técnico, Dominic Kinnear, que le hizo bicampeón en 2006 y 2007, se toma las cosas con calma y trata de transmitir seguridad y tranquilidad a sus jugadores.

"Sabemos que va a ser una final al estilo de Hollywood", indicó Kinnear. "Se habla mucho del partido. Quizás sea el último de David (Bekcham) y todos sus amigos del cine vendrán a verlo. La gente dice admirada '`Becks, Keane, Donovan!', pero Houston Dynamo también estará allí". "Somos los acompañantes de las estrellas en esta película. Pero les podemos arruinar la fiesta", subrayó el técnico de Houston.

El Dynamo llega a este encuentro con la gran baja de su máximo goleador, Brad Davis, lesionado en un muslo, ausencia que esperan suplir Ching y el hondureño Carlo Costly, con Geoff Cameron preparándole las ensaladas desde el mediocampo.

El partido podría ser también el último del show particular de Bekcham con los Galaxy, después de cinco años de un megacontrato donde todas las temporadas no fueron color de rosa, aunque si predominó el verde de los 250 millones que el inglés se embolsó por su compromiso.

Los críticos de Beckham dicen que no ha justificado tamaño fichaje, porque la mayor parte del tiempo se lo pasó lesionado, pero en su último año el 'Spice Boy' ha dejado la marca de su gran talento, y su deseo de salir por la puerta grande de Los Ángeles.

"Creo que siempre te sientes incompleto si no ganas un trofeo", manifestó Beckham. "Da igual donde haya jugado, la gente siempre me preguntaba lo mismo en el cuarto año con el Real Madrid y al final gané un trofeo. Los últimos tres años han sido exitosos pero quiero ganar la Copa MLS", aseguró el mediocampista de los Galaxy.

Para otra parte del mundillo futbolístico Made in USA, Bekcham ha sido el anzuelo para pescar otros grandes nombres, como el francés Thierry Henry, los mexicanos 'Rafa' Márquez, Cuauhtémoc Blanco y Omar Bravo, y el propio Robbie Keane, que acaba de meter a los irlandeses en su primera Eurocopa desde 1988. Se habla ahora de que en futuras temporadas podrían desembarcar estrellas como el inglés Frank Lampard y el alemán Michael Ballack.

Entre el glamur foráneo y el talento local que va multiplicándose, el campeonato de la MLS se afianza cada vez más en la afición estadounidense, que, aunque todavía no ha hecho del fútbol su religión, sí lo tiene presente en sus rezos diarios por ser el único deporte, hasta ahora, que no ha sido afectado por el virus de los paros y los contratos laborales.

Lo único que hace falta para que cierre el domingo un gran año futbolístico, es que se cumplan las palabras del legendario Alfredo Di Stéfano: "El balón está hecho de cuero, el cuero viene de la vaca, la vaca come pasto, así que hay que echar el balón al pasto".