música | novedades discográficas

Lenny Kravitz clama contra el auge del racismo

El cantante alerta de la pervivencia de las tensiones raciales en 'Black and white America'

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Ha pasado casi medio siglo desde que Martin Luther King proclamase su sueño de ver una América en la que blancos y negros coexistiesen armoniosamente. Aún más lejos queda el momento en que una humilde mujer afroamericana, Rosa Parks, se negase a ceder su asiento en un autobús a un hombre de raza blanca, lo que motivó su encarcelamiento en la segregacionista ciudad de Montgomery (Alabama). Por entonces, resultaba imposible pensar en que una persona de color pudiese alcanzar la Casa Blanca y, mucho menos, que lo hiciese un hijo fruto de un matrimonio interracial. Barack Obama derribó esa barrera que parecía infranqueable hace apenas tres años. Pero el sueño de Luther King sigue siendo eso, un sueño incompleto. El racismo sigue presente en el país de las barras y las estrellas. Aún más, ha cobrado nuevo auge. Un hecho que denuncia otro vástago de un matrimonio interracial, Lenny Kravitz, en su nuevo disco, 'Black and white America'.

Primer trabajo del músico neoyorquino para el sello Roadrunner Records, 'Black and white America' consta de un total de 16 canciones que Kravitz fue gestando tras aparcar su caravana en una playa de las Bahamas. Allí, en un lugar apartado de la vorágine del mundo y en el que la gente subsiste a base de lo que cultiva en sus huertos o de lo que pesca con sus manos, el músico neoyorquino dio forma a un álbum, el noveno de su carrera, que bebe de numerosas influencias, desde Earth, Wind and Fire hasta The Brothers Johnson, pero que tiene al funk rock como denominador común.

En 'Black and white America' hay espacio para el jazz, el soul, el R&B, los sonidos africanos y, por supuesto, el rock and roll. Un compendio de estilos al servicio de un mensaje tan rotundo como la voz de quien emana: la necesidad de superar los estigmas del pasado para dar paso a una sociedad en la que la igualdad entre personas, sea cual sea su credo o su raza, se imponga como algo natural.

En carne propia

Un alegato que tiene su máximo exponente en la canción que da título al disco, en la que Lenny Kravitz rememora su más tierna infancia, cuando sus progenitores, un judío blanco y una católica negra, salían a pasear por la aparentemente progresista Nueva York de mediados de los años sesenta habiendo de soportar las miradas de rechazo, los insultos y los gritos racistas de quienes consideraban su unión como algo urdido poco menos que por el diablo. Una incomprensión que llevó al joven a sentirse excluido en numerosas ocasiones y cuya pervivencia en el alma de parte de sus conciudadanos denuncia la letra de este tema. Como el propio cantante resalta, puede que se hayan logrado grandes progresos a lo largo de los últimos años pero mucha gente sigue resistiéndose a abandonar sus viejas ideas.

Sin embargo, la música de Kravitz siempre se ha caracterizado por el optimismo, algo de lo que no escapa su nuevo trabajo. Un buen ejemplo es 'Boongie Drop', firmada al alimón con el rapero Jay-Z y DJ Military e impregnada de los aires de libertad respirados en las Bahamas. No en vano, la fuente de inspiración para la concepción de esta canción fue el desparpajo con el que las mujeres de las islas caribeñas se contonean haciendo caso omiso de los estereotipos de belleza alimentados por los medios de comunicación.

Otro de los temas más sobresalientes del noveno álbum de estudio de Lenny Kravitz es 'Come and get it', una canción vibrante, como buena parte de las que integran la discografía del neoyorquino, que sirvió como sintonía del All Star Game 2011 y cuyo videoclip permite recrearse con algunas de las acciones más espectaculares de las estrellas del baloncesto ahora que el 'lockout' ha dejado sumidos en la desesperación a los fanáticos del deporte de la canasta.

Sin embargo, ninguno de estos temas constituye la apuesta de Lenny Kravitz como single de presentación del álbum, cuya portada es un magnífico exponente de la filosofía vital del artista al mostrar una imagen de su infancia en la que el símbolo de la paz rubrica la frente del niño Kravitz con la palabra "peace' adornando su mejilla derecha. El músico se ha decantado por 'Stand', una canción cuyo vídeo le sirve al intérprete de 'Let love rule' para parodiar los concursos de televisión de los años 70 a través de una camaleónica actuación digna del mejor Eddie Murphy.

Kravitz muestra así su creciente querencia por la actuación. Dos mundos, el de la música y el cine, llenos de vasos comunicantes que recorren con soltura estrellas como Beyoncé, Justin Timberlake o Alicia Keys y que también transita este ganador de cuatro premios Grammy al que el realizador Lee Daniels convirtió en enfermero para mayor gloria de la aclamada 'Precious' y que también cuenta con un papel en 'The hunger games', una cinta dirigida por Gary Ross en la que tendrá como compañeros de reparto a Jennifer Lawrence, Liam Hemsworth y Elizabeth Banks, entre otros.

Pero Lenny Kravitz sigue siendo fiel a su primer amor, la música, como confirma un 'Black and white America' que no dejará indiferente a nadie y que viene a recordar la necesidad de permanecer vigilantes con el fin de que los viejos fantasmas del pasado no cobren vida alimentándose de los miedos que anidan en el subconsciente de una parte de la sociedad.