revueltas en el mundo árabe

Francia niega que armar a los rebeldes incumpla la ley

El embajador galo ante la ONU asegura que es una "obligación moral" ante el ataque de los fieles a Gadafi contra los civiles

PARÍS Actualizado: Guardar
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El embajador francés ante la ONU, Gérard Araud, ha defendido que el envío de armas a los rebeldes libios realizado por París cumple con las resoluciones aprobadas por el Consejo de Seguridad sobre el conflicto en Libia y es además una "obligación moral" ante los ataques del régimen contra los civiles.

"El envío de armas es la aplicación del artículo cuarto de la resolución 1.973 del Consejo de Seguridad", aseguró Araud en una reunión que mantuvo con periodistas en Nueva York, después de que las autoridades francesas confirmaron que han hecho llegar armamento a los rebeldes libios de las áreas montañosas al sur de Trípoli.

El diplomático subrayó así que la medida francesa no viola la resolución por la que el Consejo de Seguridad permitió el pasado marzo el uso de la fuerza para frenar los ataques a la población civil por parte del régimen de Muamar al Gadafi ni tampoco el texto precedente en el que se estableció un embargo de armas.

"La resolución deja claro que, en circunstancias excepcionales podemos dejar de lado el embargo siempre y cuando el objetivo de la medida sea proteger a la población civil", indicó Araud, quien aseguró que París ha actuado así al considerar que "la población está amenazada" por las fuerzas de Gadafi y merece "defenderse".

Lanzagranadas y fusiles

Entre las armas transportadas a las áreas montañosas al sur de Trípoli se encuentran lanzagranadas, fusiles de asalto, metralletas y misiles anticarro, unos materiales con los que se pretende ayudar a los rebeldes a ganar terreno, desbloquear la guerra y que avancen hacia la capital para desencadenar allí una revuelta.

"Naturalmente, somos conscientes de que nuestra interpretación de la resolución 1.973 no será compartida por todos los miembros del Consejo de Seguridad", reconoció el diplomático francés, quien insistió en varias ocasiones en que se trata de "un caso extremo" al que la comunidad internacional debe dar respuesta.

Hasta el envío francés de armas, los rebeldes libios que integran el Consejo Nacional de Transición (CNT) habían recibido armamento por avión en su feudo de Bengasi procedente de Catar o de otros emiratos del Golfo Pérsico que luego se enviaba por barco hasta Misrata, cercada por las tropas de Gadafi.