El vicesecretario general del PSOE y ministro de Fomento, José Blanco. / Efe
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Blanco pide ahora a los 'indignados' que voten al PSOE

El número dos de los socialistas se aferra al "margen de error" de las encuestas para no dar por perdidos los comicios

MADRID Actualizado: Guardar
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"Comprendo y comparto que haya ciudadanos indignados por al crisis pero no pueden tener una actitud pasiva porque los que defendemos la justicia social somos los que damos una mejor respuesta". Un día después de que decenas de miles de personas salieran a la calle en medio centenar de ciudades para protestar, entre otras cosas, por los recortes sociales, el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, ha intentado arrimar el ascua a su sardina y se ha atrevido a pedir su voto.

Los socialistas -que ganaron las generales de 2008 por la izquierda, gracias al apoyo de votantes de ERC, ICV o BNG- se enfrentan ahora al proceso inverso. No han conseguido recuperar a los electores que se le escaparon en el centro y un porcentaje elevado de quienes le apoyaban hace cuatro años se inclinan ahora por otras formaciones de signo progresista.

El número dos del partido, sabedor de que entre los movilizados por la plataforma Democracia Real Ya existe una fuerte sensibilidad de izquierdas, se ha armado de su mismo lenguaje transgresor y ha obviado que las protestas también iban dirigidas contra el Gobierno de José Luis Rodríguez Zaapatero y su política económica.

En un encuentro con la prensa, en la sede del partido en la calle Ferraz, ha asegurado que el PSOE comparte "el fondo" del malestar expresado en las calles. "La crisis es injusta y lo que hay que hacer es votar en contra de los que compartieron mesa y manteles con los de la codicia y la especulación, que están -ha aclarado al fin- en el PP."

El suyo ha sido un intento más de agitar el patio. Los socialistas confiesan que su peor enemigo en este momento es la abstención y confían en poder tocar la fibra sensible de la gran bolsa de indecisos que aún detectan las encuestas. Pero el tiempo corre en su contra. Blanco se ha aferrado, aún así, a los "márgenes de error" de las encuestas (habitualmente de más menos 2%) para no dar la batalla por perdida.