El presidente ruso, Dmitri Medvédev. / Reuters
rusia | discurso anual

Medvédev advierte de que sin escudo antimisiles global habrá otra carrera de armamentos

El presidente ruso no parece confiar plenamente en la oferta de cooperación de la OTAN

CORRESPONSAL EN MOSCÚ Actualizado: Guardar
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Pese a las constantes proclamas, tanto del lado ruso como del occidental, en cuanto a que la 'guerra fría' quedó atrás hace tiempo y que Rusia y los países de la OTAN ya no se contemplan mutuamente como enemigos, lo cierto es que sigue habiendo mucha desconfianza. Hasta el punto de que Moscú continúa considerando a la Alianza Atlántica como la principal amenaza para su seguridad. Así lo expresa la doctrina militar rusa en su última versión.

Diez días después de que el presidente Dmitri Medvédev acudiera a la cumbre de la OTAN de Lisboa, en donde se anunció con bombo y platillo el comienzo de una nueva etapa en las relaciones con Rusia y se lanzó la oferta de crear un escudo antimisiles conjunto, el jefe del Kremlin ha vuelto hoy a mostrar que no confía plenamente en sus "socios" occidentales.

"En los próximos diez años nos espera el siguiente dilema: o alcanzamos un acuerdo sobre la defensa antimisiles y creamos un mecanismo conjunto de cooperación (…), o nos veremos inmersos en una nueva espiral en la carrera de armamentos", ha manifestado Medvédev en el Kremlin en su discurso anual, el tercero ya, ante los diputados de las dos Cámaras del Parlamento y los miembros del Gobierno. Según el máximo dirigente ruso, si no se logra tal acuerdo, "nos veremos obligados a desplegar nuevos medios de ataque" nuclear.

Según las agencias rusas, Medvédev recibió en Lisboa la oferta de crear “un perímetro único” de defensa antimisiles, en el que Rusia se encargaría de proteger a la OTAN de un hipotético ataque con cohetes desde el lado este mientras la Alianza cubriría al país eslavo desde el flanco oeste. De momento, según reconoció el secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen, se trataría de que cada parte llevara a cabo un "análisis" al respecto antes de comenzar una discusión más profunda hacia el verano de 2011, cuando está previsto que se reúnan los ministros de Defensa de la OTAN y Rusia.

El "equilibrio del miedo"

Durante la rueda de prensa ofrecida en la capital portuguesa antes de regresar a Moscú, el presidente ruso dijo el pasado 20 de noviembre que la cumbre fue un acontecimiento "histórico", pero dio la sensación de preferir que no exista ningún sistema de defensa antimisiles, ya que puso en duda su posible eficacia e incluso admitió que su instalación podría suponer un esfuerzo económico ímprobo.

Medvédev explicó que, hasta la fecha, las "denostadas" armas nucleares ha sido capaces, mediante el "equilibrio del miedo", de garantizar la paz. La aparición de un escudo antimisiles, en el que Moscú no participe con total "igualdad y transparencia", señaló, "rompería el equilibrio estratégico y obligaría a Rusia a compensarlo mediante el despliegue de más misiles (nucleares), lo que conllevaría otra carrera de armamentos". Según su opinión, la actual crisis económica mundial no es el mejor momento para acometer proyectos caros y, menos aún, un aumento exagerado del gasto militar derivado de una desenfrenada carrera armamentística.