crisis en el ejecutivo

La polémica de la Igualdad

Bibiana Aído ha estado en el centro de la polémica, muchas veces por las bromas fáciles de la oposición, y otras por sus excesos verbales en su lucha por la equiparación de los derechos del hombre y la mujer

MADRID Actualizado: Guardar
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Nadie se esperaba que la joven gaditana de 33 años Bibiana Aído, sin apenas experiencia política más allá de ejercer como delegada de Cultura de la Junta de Andalucía en Cádiz o directora de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco, fuese una de las principales novedades del gabinete elegido por Zapatero tras las elecciones de 2008. Su tarea al frente del recién creado Ministerio de Igualdad debía ser la de impulsar todas las políticas necesarias para equiparar a hombres y mujeres en todos los ámbitos de la sociedad. Su inexperiencia y la vaguedad de sus competencias fueron desde un primer momento objeto de ataque por parte de la oposición popular. Es por ello que, prácticamente desde su nacimiento, fueran acrecentándose las voces que exigían la disolución de este ministerio.

Si hay algo por lo que ha luchado Aído como ministra ha sido por desterrar la violencia de género. Los esfuerzos han sido notables, tanto en ordenamiento jurídico como en concienciación de la sociedad, aunque estos no se han visto reflejados en un número de muertes de mujeres que no se han visto reducidos. El otro gran frente de la ministra se ha centrado en la ley del Aborto. Como cabeza visible de esta reforma, Aído se ha ganado la enemistad frontal de sectores católicos, de los que ha recibido ataques incesantes.

La ministra de Igualdad ha estado a lo largo de estos dos años y medio en el centro de la polémica, muchas veces por las bromas fáciles de sectores de la oposición, aunque también muchas otras por sus excesos verbales a la hora de escenificar la lucha por la equiparación de los derechos del hombre y la mujer.