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La Eurocopa hace escala en Glasgow

España asume que una victoria ante la ruda Escocia le despejaría el camino hacia Ucrania y Polonia

GLASGOW Actualizado: Guardar
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España saldrá este martes al Hampden Park de Glasgow bajo la premisa innegociable de que son dos puntos vitales, tal y como pregonó Del Bosque en un intento de evitar relajaciones peligrosas en un grupo bien encarrilado pero con poco margen de error. Más de medio billete para el Europeo de Ucrania y Polonia puede sellarse en la ciudad más poblada de Escocia pero con mucho menor valor histórico que Edimburgo, la turística capital.

Desigual duelo de contrastes entre la moderna y elegante estética de los campeones del mundo, basada en el toque y las paredes, y el quehacer tosco y decadente de la ‘Tartan Army’, escenificado en el patadón y tentetieso consustancial al fútbol de las Islas. Escocia, otrora un clásico que llegó a competir en ocho copas del Mundo, presenta un doloroso récord reciente. Craig Levein, su cuestionado técnico, planteó el viernes pasado en Praga un choque sin delanteros. Un 4-6-0 ó 4-2-4-0, según se mire, que ha provocado críticas feroces y hasta la hilaridad en los sensacionalistas medios de comunicación locales. en Lituania.

«Locura táctica»

“Poco método en una locura táctica”, titulaba el domingo su suplemento de deportes el ‘Scotland on Sunday’ . El ‘Herald Sport’ pide al seleccionador que obre el milagro de “sustituir la táctica negativa por positivas palabras”. “Por favor, piénselo de nuevo”, añade el rotativo a la hora de referirse a la táctica a diseñar ante España, a la que Levein calificó este lunes como “el mejor rival al que se enfrenta Escocia en toda su historia”.

Tan mezquino planteamiento apenas le sirvió para perder 1-0 y complicarse la vida tras haber comenzado bien, con victoria ante Liechtenstein y empate en Lituania. Quizá por vanidad, Levein mantiene que su idea fue correcta. “Hicimos un trabajo perfecto. Los jugadores cumplieron mis instrucciones y mostraron un comportamiento excelente”, sostiene. Dice haber estudiado mucho a España, promete ser algo más atrevido y apela, como casi todos los escoceses, al corazón, al trabajo duro y a ese espíritu que permitió a esta selección derrotar a Francia en una reciente clasificación. “Nada ha cambiado por la derrota en la República Checa. Tenemos posibilidades y pasan por obtener buenos resultados en Hampden”.

Los españoles, en las Antípodas de esa forma de entender el fútbol, confían en que el rival juegue un poco más abierto en casa. “Ante su público mirarán más hacia el gol”, vaticinó Del Bosque, acostumbrado a buscar alternativas para romper rivales tan encerrados como los lituanos el viernes pasado. En defensa es obligado estar más atentos y menos desajustados que ante los bálticos, sobre todo para frenar esos saques de esquina, faltas laterales y segundas jugadas en los que los británicos son únicos.

Villa, deseo u obsesión

Llorente se ha ganado a pulso repetir titularidad y sufrirá una batalla constante con los centrales escoceses de la que bien podría beneficiarse Villa, ansioso y peleado con los postes desde que está a sólo un gol de igualar el récord de Raúl. Del Bosque defiende al ‘Guaje’ y deja claro que está igual de egoísta que todo buen delantero, y que marcará en cualquier momento.

El atractivo duelo se celebra en un escenario magnífico, de gratos recuerdos para Del Bosque e Iker Casillas. Allí el Real Madrid se alzó con la novena Copa de Europa tras ese gol antológico de Zidane que destrozó al Bayer Leverkusen. Ni uno ni otro quisieron detenerse mucho en el pasado de club y apelaron al presente y futuro del combinado nacional.

Salvo la entrada de Xabi Alonso y la duda de Sergio Ramos, muy mejorado de su tobillo, apenas habrá cambios con respecto al once que derribó en Salamanca el muro lituano. Un 4-3-3 en el que las incorporaciones por banda se antojan fundamentales. Las rotaciones quedan para el verano, como las bicicletas de Fernando Fernán-Gómez.

Se molestó Del Bosque cuando un periodista local le preguntó si prescindirá de Cazorla y volverá a jugar entonces con dos pivotes defensivos. Le recordó a las críticas vertidas por Luis Aragonés en el comienzo del Mundial de Sudáfrica y respondió con contundencia: “Puede haber jugadores con características algo diferentes pero casi nunca jugamos con dos pivotes, sólo con uno. Y frente a Escocia será lo mismo”, garantizó. Eso significa que Xabi Alonso debiera construir más que destruir. Su capacidad para cambiar de registro, para jugar en corto o en largo, pueden ser básicas para dejar casi en la cuneta a un rival que no se da bien y al que sólo se ha vencido en una de las cuatro visitas. Y fue hace ya casi 36 años. Una eternidad en el fútbol.