Karzai crea un Consejo de Paz para atraer a los talibán

El Gobierno afgano ha anunciado que pondrá en marcha un nuevo plan de paz con el objetivo de iniciar conversaciones con los talibán. El Alto Consejo de Paz constituye un "paso significativo hacia las conversaciones de paz", según explica el comunicado emitido por el Palacio Presidencial afgano.

La nueva estrategia, encabezada por el presidente afgano, Hamid Karzai, planea entre otras cosas, atraer a los combatientes de base talibán y alejarles de la insurgencia. Para incentivar a los milicianos, se les ofrecerá dinero y trabajo, mientras que con los líderes terroristas se negociarían condiciones que pasan por darles asilo en otros países musulmanes o la eliminación de sus nombres de la 'lista negra' de Estados Unidos.

El plan está respaldado por los líderes tribales de la asamblea tradicional, la 'Jirga', cuyo consejo se reunió el pasado mes de junio. Los encargados de dirigir la estrategia podrían ser nombrados a finales de semana, cuando finalice el Ramadán. No obstante, los talibán no acogen con satisfacción las negociaciones, de las que de hecho se mofan y rechazan de plano hasta que las tropas extranjeras no abandonen el país.

Reino Unido saluda la propuesta

El proyecto de Karzai viene desarrollándose mientras varios miembros europeos de la OTAN examinan cuánto más pueden mantener su presencia en Afganistán. Por el momento, el Ministerio de Asuntos Exteriores británico ha dado la bienvenida a la propuesta a través de un comunicado. "No conseguiremos más seguridad a Afganistán sólo con medios militares (...). Siempre hemos dicho que es necesario un proceso político para llevar el conflicto en Afganistán a su fin", señala el comunicado.

Estados Unidos, que planea comenzar una retirada gradual de sus tropas a partir de julio de 2011, si la situación lo permite, también hará una revisión de su estrategia en el país centro asiático en diciembre. Hay alrededor de 150.000 tropas desplegadas en Afganistán luchando contra la creciente insurgencia talibán, que ha alcanzado de hecho, los peores niveles desde que estallara el conclicto, en 2001.