FÚTBOL | SUPERCOPA DE EUROPA

Reyes y supercampeones

El equipo español gana la Supercopa de Europa con los goles de Reyes y Agüero y un gran juego | De Gea detuvo un penalti a Diego Milito en el minuto 90

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Este Atlético de Madrid ya no es un equipo perdedor. Acabó con su leyenda de 'Pupas' en la final de la Liga Europa y ya puede presumir de ser supercampeón del continente. Otro doblete histórico para los rojiblancos después de la Liga y Copa de 1996. Sin complejos, como uno de los grandes, con el prestigio recuperado y consciente de que ocasiones así quizás se presentan sólo una vez en la vida, los rojiblancos arrollaron al Inter, al indiscutible favorito, y ni siquiera sufrieron. Hasta De Gea paró un penalti a Diego Milito en los últimos minutos.

Ya mereció al menos un gol en el primer tiempo el Atlético, sobre todo por su ambición, porque aunque no jugó demasiado bien y no tuvo 'punch', sí dominó y se creció frente a un Inter en el que estuvieron desaparecidos en ese período Sneijder y Milito. Cierto es que el Inter se dejó dominar esperando dar su golpe, pero el planteamiento de Quique, con la sorpresa de Domínguez de lateral izquierdo, Perea y Godín en el centro y la defensa muy adelantada, maniató el juego de ataque de los interistas, que sólo existió en los primeros minutos. Entonces sí hubo espejismo, con el Inter lanzado al ataque y el presagio de que el Atlético iba a sufrir muchísimo ante el campeón de Europa, pero el Inter no aprovechó sus dos ocasiones y los rojiblancos se sacudieron el presumible miedo.

Pasaron entonces a hacerse dueños del balón, Assunçao y Raúl García no se quisieron despegar de Sneijder, demasiado lejos del área de De Gea, y el Atlético buscó a Forlán y Agüero. Sus grandes esperanzas para tumbar al favorito, pero el uruguayo, pese a estar en forma, no pudo con Samuel y Lucio, y cuando el argentino consiguió zafarse de la defensa interista, le faltó puntería.

Incluso se le podía haber puesto el título de cara al Atlético si a los cinco minutos Busacca se hubiese atrevido a señalar un penalti de Chivu a Agüero. Fue muy listo el rumano para empujar en el área al argentino en ese inicio de partido y salvarse de la pena máxima. Había asustado el Inter en ese arranque tan dubitativo del 'Atleti', pero el planteamiento de Rafa Benítez no era ese, sino echarse descaradamente atrás y permitir jugar a un equipo que tiene muchos problemas en crear fútbol con Assunçao y Raúl García.

Pero muy poco hizo el Inter por intentar llevar la Supercopa a su terreno. La imagen del Atlético fue mejor, aunque faltó profundidad. No hubo muchas ocasiones de gol, pero sí más movilidad, sacrificio y actitud ofensiva por parte rojiblanca, y el Inter se fue al descanso pensando en que no iba a ser nada fácil hincarle el diente a un equipo tan motivado, aunque esté en pretemporada. Mucho peor también físicamente estuvo el Inter.

Reyes se suelta

Siguió la tónica en la reanudación, con el Inter pensando solamente en defenderse y en salir al contraataque, pero los centrales rojiblancos estuvieron espléndidos cuando el tridente ofensivo del Inter intentó combinar al borde del área del Atlético.

Los balones en profundidad a Milito encendieron las alarmas en el Atlético, pero los de Quique salieron airosos y no estaban incómodos. Sus armas estaban también en el contragolpe. Casi mejor para los rojiblancos con la velocidad y capacidad de desborde de la que presume arriba con Reyes, Simao y, sobre todo, Forlán y Agüero. El sevillano, que no había existido en el primer tiempo tirado a la derecha, empezó a soltarse, decidido a resolver por su cuenta porque había que aprovecharse de un Inter tan discreto. El primer aviso de Reyes llegó gracias a un contraataque que salvó Julio César al disparo envenenado del ex madridista.

No pasaron ni tres minutos de esa enorme ocasión, con el Atlético encendido arriba, y en otro arreón de rabia y calidad de Reyes, llegó el gol en el que también participó Agüero. Pero el artífice fue el sevillano, que peleó con todo por la pelota, se burló de un par de defensores, entre ellos Maicon, y también dejó en evidencia a Julio César. Ahí falló el portero brasileño, pero el mérito fue de Reyes. ¡Cuánto le ha hecho cambiar Quique! Ese tanto hizo justicia a la tremenda diferencia entre ambos equipos, con un Atlético mandón y muy superior a un Inter lamentable.

Le dio un repaso el 'Atleti' al equipo interista que no cuenta con ningún italiano, y el Atlético salió de Mónaco con el prestigio en aumento y casi como rey de Europa. Un monarca menor, pero como rey, al fin y al cabo. Y el Inter, ya sin Mourinho, como un pobre y vulgar equipo.