ola de calor

Los incendios podrían suponer unas pérdidas de once mil millones de euros para Rusia

Los expertos apuntan a que los gastos podrían ser mayores que los destinados a poner fin a la fuga de petróleo en el Golfo de México

MOSCÚ Actualizado: Guardar
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Bomberos, soldados y voluntarios continúan la lucha contra los incendios forestales, que según algunas estimaciones preliminares independientes podrían suponer para Rusia pérdidas directas de unos 11.000 millones de euros.

Analistas de los bancos HSBC y Uralsib consultados por el periódico Kommersant han calculado que los incendios forestales reducirán en un punto porcentual el incremento del Producto Interior Bruto (PIB) este año, lo que supone la pérdida de 450.000 millones de rublos o 11.000 millones de euros.

Para el director del Instituto de Desarrollo Sostenible, Vladímir Zajarov, sólo los gastos inmediatos para paliar las consecuencias de la sequía y los incendios forestales "pueden ser mayores incluso que los destinados a poner fin a la fuga de petróleo en el Golfo de México". Según Kommersant, la evaluación oficial de las pérdidas ocasionadas se emprenderán como muy pronto a fines de año.

"La causa de los incendios y las muertes no radica sólo en la ola de calor sin precedentes, sino también en la falta de atención de la autoridades a este problema", señala el periódico Nezavísimaya Gazeta. El rotativo expresa su sorpresa por el hecho de que hasta ahora el ministerio para situaciones de Emergencias no haya planteado la necesidad de crear un servicio federal para la prevención de los incendios forestales.

Sigue la batalla contra el fuego

La portavoz de esa cartera, Irina Andriánova, ha asegurado que hoy no hay ninguna instalación potencialmente peligrosa amenazada por los incendios. En particular, Andriánova se ha referido al Centro Nuclear de la ciudad de Sniezhinsk, en los Urales. "Hay un incendio a quince kilómetros de la ciudad y la superficie afectada no supera las cinco hectáreas", ha manifestado la portavoz.

La víspera, un soldado que cavaba un cortafuegos para proteger otra instalación atómica, el Centro Nuclear Federal de Sarov en la región central de Nizhni Nóvgorod, murió tras ser aplastado por la caída de un árbol.

Según el ministerio de Emergencia, en las últimas 24 horas han estallado 247 nuevos incendios y han sido apagados 239. Un total de 557 focos siguen activos con una superficie de más de 174.000 hectáreas, de ellos 68 de gran tamaño, incluido 25 incendios en turbas, que abarcan casi 80.000 hectáreas. Desde el comienzo de la temporada estival ha habido 26.229 incendios que han arrasado 766.068 hectáreas.

Varios países contribuyen a las labores de extinción de los incendios con 394 personas, cinco aviones y cinco helicópteros. Mientras, meteorólogos y climatólogos destacan el carácter absolutamente extraordinario de la ola de calor que desde mediados de junio azota la parte europea de Rusia, con temperaturas con una media de casi seis grados más elevadas que las de épocas normales. "Existe una gran probabilidad de que nadie de los contemporáneos vuelva a vivir un verano como este", ha delcarado el climatólogo Vladímir Klimenko, de la Academia de Ciencias de Rusia. La ola de calor que azota Rusia no está vinculada al calentamiento global, sino se explica más bien por un cúmulo de circunstancias fortuitas, ha señalado el científico en una entrevista con el periódico Novie Izvestia.

Los moscovitas, entre tanto, esperan con los dedos cruzados que se cumplan los pronósticos de los meteorólogos, que pronostican lluvia, e incluso, tormentas para las próximas horas, que ayudarían a despejar el humo que aunque en mucho menor medida que en los anteriores cuatro días, aún se mantiene sobre la capital rusa. Las lluvias serán también de gran ayuda para los bomberos que luchan contra los incendios de las turberas en las afueras de Moscú.