ECOS DE LA GUERRA FRÍA

Comienza el canje de espías entre Rusia y EEUU

El científico ruso, Ígor Sutiaguin, que cumplía en Moscú una condena de quince años de reclusión por espionaje, llega a Viena antes de su traslado a a Londres

CORRESPONSAL. MOSCÚ Actualizado: Guardar
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El científico ruso, Ígor Sutiaguin, que cumplía en Rusia una condena de quince años de reclusión por espionaje, llegó hoy a Viena, desde donde después será trasladado a Londres. Así lo acaba de informar a la radio Eco de Moscú su abogada, Anna Stavístskaya. Sutiaguin, según informaciones aún sin confirmar, sería canjeado por Anna Chapman, de 28 años, la presunta espía rusa detenida por el FBI el pasado 27 de junio junto a otras nueve personas. Al parecer, Chapman deberá viajar hacia Moscú en las próximas horas.

Stavístskaya ya anunció ayer que se estaba negociando un intercambio de espías entre Rusia y Estados Unidos, pero nadie ha podido precisar hasta el momento a cuántos agentes por ambas partes involucrará. Hoy en la capital rusa se hablaba de la posible entrega a los americanos del antiguo coronel del GRU (inteligencia militar), Serguéi Skripal, condenado a trece años de cárcel, el ex informador del SVR ruso (Servicio de Inteligencia Exterior), Alexánder Zaporozhski, y Alexánder Sipachiov, que fue capturado y enjuiciado en Rusia por trabajar para la CIA.

Según una fuente anónima del Ministerio de Exteriores ruso, el acuerdo para realizar el canje fue alcanzado en la capital norteamericana por el subsecretario para Asuntos Políticos del Departamento de Estado, William Burns, antiguo jefe de la legación diplomática de EEUU en Moscú, y por el embajador ruso en Washington, Serguéi Kisliak. La misma fuente, citada por varias agencias rusas, no dio más detalles y aseguró que no habrá información oficial sobre lo convenido.

Filtraciones en los servicios secretos

El vicepresidente del Comité parlamentario de Seguridad, el diputado ruso Guennadi Gudkov, ha manifestado en declaraciones a Eco de Moscú que "nada de los que se está filtrando a la prensa debería haberse hecho público y ello pone de manifiesto el nivel de degradación de nuestros servicios secretos".

Sutiaguin fue condenado en 2004 a quince años de prisión al ser encontrado culpable por un jurado popular de "alta traición en forma de espionaje". El científico ruso, que entonces era jefe de la sección de armamentos del instituto ruso de EEUU y Canadá, perteneciente a la Academia de Ciencias, fue detenido en 1999 acusado de haber pasado a la firma británica Alternative Future planos e información sobre el avión de combate Mig-29, sobre un cohete aire-aire y sistemas de defensa antimisiles así como también sobre la estrategia nuclear rusa hasta 2007.

Sutiaguin siempre rechazó las imputaciones asegurando que toda la información facilitada a la empresa británica la había recabado de revistas de técnica militar extranjeras y de otras fuentes abiertas, pero nunca a partir de materiales secretos. Sus aseveraciones no le sirvieron para nada. El FSB ruso (antiguo KGB) sostiene que Alternative Future no era más que una tapadera de la CIA. En cuanto a Skripal, su delito fue proporcionar a los servicios secretos británicos la lista de agentes del GRU en el extranjero. El ex portavoz del SVR (Servicio de Inteligencia Exterior), Yuri Kobaladze, estima que un intercambio de espías "sería la mejor manera para las dos partes de solucionar una situación delicada y compleja".

El pasado domingo 27 de junio, el FBI detuvo a 10 personas en Boston, Nueva York, New Jersey y Virginia. Se emitió además una orden de búsqueda y captura contra otro sospechoso, que se encontraba en Chipre, pero se fugó tras haber sido puesto en libertad bajo fianza. Chapman, una de las arrestadas, pudo haber espiado también en el Reino Unido, en donde vivió en compañía del que fue su marido.

El fiscal Michael Farbiarz vincula a los detenidos a una red de espionaje organizada por el SVR y eso sin estar registrados legalmente en EEUU como miembros de servicios secretos extranjeros. No obstante, las acusaciones presentadas no mencionan la palabra espionaje, aunque sí hablan de "conspiración", "falsificación de documentos" y "blanqueo de dinero". Por parte rusa se insiste en que ninguno de los inculpados tuvo jamás acceso a información clasificada.