El nuevo presidente de Navantia visita las plantas de la Bahía para transmitir confianza

García Vilasánchez ha empezado esta mañana su ronda por el astillero de Puerto Real y por la tarde irá al de Cádiz. El martes estará en San Fernando y Rota

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El ejecutivo de la empresa viajará a mediados de mayo a Riad para avanzar en el contrato de las corbetas de Arabia.

El nuevo presidente de Navantia, Esteban García Vilasánchez, ha iniciado este lunes una visita a los tres astilleros de la Bahía. La primera parada tiene lugar en la planta de Puerto Real, donde se construyen cuatro petroleros para el armador Ondimar y una subestación eléctrica para un nuevo parque eólico-marino impulsado por Iberdrola en aguas inglesas. Vilasánchez relevó el pasado 8 de abril en el cargo a José Manuel Revuelta, tras cinco años al frente de la compañía. Es natural de la localidad coruñesa de Mugardos, en la comarca de Ferrol, y nada más asumir el timón de la empresa anunció la gira por los centros de Navantia con el fin de transmitir ‘in situ’ confianza y seguridad ante los retos de futuro que se avecinan para esta empresa pública.

Su primera visita la realizó el pasado viernes a los astilleros gallegos de Ferrol y Fene en compañía de la también nueva presidenta de la SEPI, Pilar Platero.

El comité intercentros de Navantia se ha mostrado expectante ante el nombramiento de Vilasánchez pero, sobre todo, ante las decisiones que tendrá que tomar la nueva dirección de la compañía. Vilasánchez será el encargado de pilotar la transformación integral de los astilleros para su adaptación tecnológica y ganar así competitividad. Distintas fuentes consultadas por este periódico coinciden en señalar que el nuevo presidente de la compañía responde al perfil demandado en varias mesas de negociación, es decir, se trata de un profesional de la casa que lleva más de veinte años en la empresa y conoce el sector naval como la palma de la mano. No es un burócrata ni un novato. Su llegada a la dirección de los astilleros rompe en cierto modo con la tradición impuesta de que el presidente fuera un político o alguien cercano al Gobierno. La SEPI, sociedad estatal a la que pertenece Naviantia, ha apostado en esta ocasión por un fichaje interno. Esteban García inició su carrera profesional en 1990 en el área off-shore de Navantia, alcanzando en 2004 el puesto de director de Reparaciones de Ferrol-Fene. En 2009 fue nombrado director del astillero de construcción naval de Ferrol-Fene interviniendo en el programa de fragatas para Noruega, las fragatas F-100 y el LHD ‘Juan Carlos I’ para la Armada Española y el programa LHD para la Armada Australiana. En 2012 fue nombrado director Industrial de Navantia y posteriormente director de Programas, cargo que ha ostentado hasta la actualidad.

A lo largo de la mañana de hoy mantendrá una reunión con el director de la factoría de Puerto Real, Pablo López, así como con el cuerpo de ingenieros de la factoría y, más tarde, se sentará con el comité de empresa. Tiene previsto visitar también a lo largo del día el astillero de Cádiz y mañana, las naves de la Base de Rota, donde se realiza el mantenimiento de los cuatro destructores norteamericanos, y la planta de San Fernando, donde se construye el BAM ‘Audaz’ para la Armada Española. Precisamente, esta planta aguarda con impaciencia la firma del contrato con Arabia para la construcción de cinco corbetas. Este acuerdo, impulsado por el Rey de España el pasado enero, está a falta de unos detalles técnicos sobre la financiación del proyecto, valorado en unos 2.000 millones de euros. El nuevo presidente de Navantia viajará a mediados del próximo mayo a Riad para avanzar en la firma definitiva de este acuerdo, que permitirá unos 3.000 puestos de trabajo en San Fernando y garantiza la actividad en la planta durante, al menos, cinco años.

No obstante, el papel más difícil que tendrá que abordar Vilasánchez durante su mandato será la adecuación de Navantia a los nuevos tiempos. Se trata del denominado plan estratégico, bautizado con el nombre de ‘Astillero 4.0’. Este plan no es un capricho sino una necesidad para colocar a los astilleros españoles como referente internacional. Este plan ya está siendo impulsado por la SEPI con la finalidad de reforzar la eficiencia y sostenibilidad de la compañía, potenciando su impacto sobre las áreas económicas donde se ubican sus astilleros. La dirección de la SEPI ha empezado a trabajar con Navantia en este sentido con el ánimo de mejorar el sistema de producción, agilizar los tiempos y, sobre todo, rejuvenecer a la plantilla. Son las tres piezas clave en las que descansa el plan y que tienen como objetivo prioritario lograr que los astilleros públicos españoles sean más competitivos y puedan afrontar con solvencia y holgura los nuevos encargos.

Para ello, Vilasánchez y su equipo tendrán que poner en marcha un nuevo sistema de producción que incorpore lo último en tecnología para racionalizar y mejorar los tiempos de actividad industrial. Igualmente, la dirección de Navantia se enfrenta ahora al diseño de un programa de inversiones para la mejora general de las factorías.

La visita que gira en estos momentos a la Bahía el nuevo presidente de Navantia la hace sin la presidenta de la SEPI. Como se recordará, Pilar Platero, ya mantuvo un encuentro tanto con los directores de las plantas gaditanas como con los representantes de los trabajadores el pasado 31 de marzo cuando acudió a la botadura del BAM ‘Audaz’ en la planta de San Fernando.

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