Las doradas flotan en las balsas de la piscifactoría
Las doradas flotan en las balsas de la piscifactoría - LA VOZ
MEDIO AMBIENTE

Un grupo ruso abandona a su suerte una piscifactoría de doradas en San Fernando

Cientos de peces muertos flotan en las balsas de engorde ante la falta de pienso, mientras que la plantilla exige soluciones

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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La situación que vive el estero de Santa Leocadia, en San Fernando, tiene todos los ingredientes de una novela de intriga de Frederick Forsyth donde los rusos juegan un papel determinante. El estero alberga una piscifactoría donde más de 40.000 doradas están amenazadas de muerte por falta de manutención. De hecho el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) levantó un acta el pasado febrero donde se dejaba constancia de la situación de abandono de las instalaciones. De momento, son los cinco trabajadores los que tratan a duras penas de mantener vivo el negocio, sin embargo, los propietarios de esta explotación acuícola, un grupo ruso que actúa bajo la denominación de Cultivos Marinos Integrales SA, mantiene la incertidumbre sobre el futuro de esta reserva marina y el de sus empleados.

La historia de esta piscifactoría, próxima a la playa de Camposoto, se remonta a 2010 cuando el empresario ruso Higor Bakuli puso su punto de mira en la costa gaditana para invertir en negocios relacionados con el mar. Bakuli, que ya contaba entonces con explotaciones en Camboya, invierte en San Fernando casi 4 millones de euros en poner en marcha una moderna piscifactoría para el engorde y venta de doradas. La Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta fue quien dio el visto bueno a esta concesión administrativa que ahora hace aguas. El empresario fue encarcelado en su país dos años después de abrir las instalaciones isleñas, lo que obligó a cerrar la piscifactoría. La empresa entró entonces en concurso de acreedores y en sus 24 meses de vida había generado deudas por valor de 800.000 euros.

La orilla de las balsas está llena de doradas muertas
La orilla de las balsas está llena de doradas muertas
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