Editorial

Reconocer a Palestina

La petición de Abás en la ONU debe llevar a una solución basada en dos Estados

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La petición finalmente presentada ayer en Naciones Unidas por Mahmud Abás para que Palestina obtenga allí la condición de miembro de pleno derecho cierra un ciclo en el desarrollo casi interminable del conflicto israelo-palestino y abre otro que, antes o después, acabará con la creación de un Estado soberano llamado Palestina. El derecho internacional lo fundamenta, el pueblo palestino lo merece, la comunidad internacional suspira por que llegue a una región que es un volcán potencial. Y, lo que puede parecer más sorprendente, a Israel le conviene mucho. En efecto, ¿cómo puede Israel, rodeada de hostilidad regional desde su creación en 1948 privarse del escudo que sería el reconocimiento jurídico de la Liga Árabe en bloque? Tal reconocimiento está expresamente descrito en la llamada Iniciativa Árabe, disponible desde 2004 y que se resume en cuatro palabras: contra-evacuación de Cisjordania y Jerusalén-este y una solución negociada para la cuestión de los refugiados, completo reconocimiento de Israel y fin del conflicto. Tal Estado sería creado sobre el 22% de la Palestina histórica, un poco menos de la mitad que se le atribuyó en la partición de 1947 y, por tanto, el lado palestino hace una fuerte concesión territorial. No se le puede pedir, en cambio, que renuncie a Jerusalén-oriental, la sede de las grandes mezquitas, lugares santos del islam y referencias culturales e históricas irreemplazables. Sobre estos territorios emergería un Estado, tras las líneas nacidas de la guerra de 1967, un proyecto que goza de un amplísimo consenso internacional y fue defendido en mayo por el propio presidente Obama. Por lo demás, la actitud de la ONU y la obtención por Palestina de la condición de miembro de la organización, es política y diplomáticamente muy delicada para Israel: los territorios en disputa serán de un día para otro parte de un Estado ocupado por otro y los palestinos, una población viviendo bajo un régimen de 'apartheid' de hecho. Israel debería unir a la virtud, la necesidad y al respeto por el derecho, la perspicacia política y la protección estratégica. El paso de ayer va en la dirección de lo que debe ser la solución del conflicto: dos Estados libres e independientes.