Tribuna

Rubalcaba

SECRETARIO 1º DE LA MESA DEL PARLAMENTO DE ANDALUCÍA. Actualizado: Guardar
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Cuando muchos pensaban que estábamos en los 'minutos de la basura' de la legislatura, llegó Rubalcaba y todos admiten que aún 'hay partido'. Los más convencidos y preocupados por su candidatura están en el PP y han puesto en marcha al coro mediático de la caverna, que se ha lanzado en tropel a descalificarlo y deslegitimarlo.

Las últimas semanas han exigido su dimisión, por una supuesta incompatibilidad entre su permanencia en el gobierno y su papel de candidato, algo que al parecer sólo afecta a los ministros y vicepresidentes pero no a los presidentes, que pueden conciliar ambas tareas sin problemas.

Hasta Rajoy, que se distingue más por su silencio que por lo que dice, ha demandado con insistencia la salida de Rubalcaba del gobierno. Debe tener la memoria frágil y selectiva, porque lo que habría que recordarle que él, en circunstancias similares, salió del gobierno de Aznar el 31 de agosto para presentarse como candidato a las elecciones que se celebraron en marzo, mientras que el candidato socialista lo ha hecho la semana pasada, 50 días antes.

En la práctica han hecho un esfuerzo inútil, porque entra dentro de la lógica que el candidato socialista quiera acentuar su propio perfil político al margen del gobierno y no se ha hecho rogar mucho para renunciar a su cargo público. Su nuevo estatus no le librará de las críticas, ni de las campañas deslegitimadoras, por mucho que insista en considerar a los dirigentes del PP como contrincantes y no como enemigos.

La campaña para erosionar al candidato Rubalcaba ya viene de largo y se ha recrudecido en las últimas semanas. Se le reprocha su extensa e intensa biografía política, mientras que Rajoy parece que llegó ayer. Parecen olvidar que fue colaborador de Fraga en Galicia y que acaba de clausurar, un año más, el curso de la FAE de la mano de Aznar, el padrino que lo nombró primero ministro, después vicepresidente y finalmente líder carismático de la derecha española. Designación de la que no parece estar muy satisfecho, dados los intentos para sustituirlo por Esperanza Aguirre.

La preocupación en la derecha es evidente y se dejará notar en el futuro cada vez con más virulencia, por lo que asistiremos una vez más al protocolo político de matar al mensajero-candidato, ignorando en lo posible el contenido de sus propuestas, que han sido claras y rotundas en el estreno público de su nueva responsabilidad: el empleo como máxima prioridad, destinando a este fin parte de los beneficios bancarios, defensa rotunda del estado de bienestar, firme apuesta por el proyecto europeo, prevalencia de la política sobre los mercados, impuesto al patrimonio de las grandes fortunas, reforma de la ley electoral, etc.

De lo manifestado por Rubalcaba destacan dos reflexiones de profundo calado político, que apuntan en la dirección de lo demandado por el movimiento del 15 de Mayo, en relación con la calidad de la democracia, la dignificación de la política y la recuperación de las señas de identidad de la izquierda: se compromete el candidato a 'no prometer nada que no se pueda cumplir' e invita a los socialistas a 'vivir de acuerdo a como se piensa, para no terminar pensando cómo se vive'.

En las propuestas de Rubalcaba hay sustancia y elementos para el debate político, a la espera de que Rajoy salga de su mutismo y asuma lo que su partido hace allí donde gobierna, especialmente el modelo de la Señora Cospedal nueva Presidenta de Castilla la Mancha, que consiste en: sembrar dudas sobre la solvencia de las instituciones, eliminar los órganos de control y fiscalización (Cámara de Cuentas y Defensor del Pueblo), apostar por los recortes sociales (copago sanitario y libros de texto) y dar marcha atrás en el modelo autonómico. Presumen de ahorro, critican el despilfarro y garantizan la creación de empleo, pero las comunidades en donde gobiernan son las más endeudadas, en las que proliferan los escándalos y las que encabezan las estadísticas del desempleo.

Los gaditanos hemos tenido la oportunidad de conocer más de cerca a Rubalcaba en la última legislatura, en la que ha obtenido su acta de diputado por esta circunscripción. Aunque su larga trayectoria política lo avala, se ha ganado el respeto y la admiración de todos, por su compromiso político con la provincia y su implicación directa en la búsqueda de soluciones a los problemas económicos y sociales más acuciantes.

Si la política es un estado de ánimos, puedo certificar que el de los socialistas andaluces ha mejorado notablemente en las últimas semanas, como consecuencia de la candidatura de Rubalcaba y del resultado del Debate del Estado de la Comunidad en el que, además de aprobar un conjunto de resoluciones para fomentar la actividad económica y la creación de empleo, para mejorar la calidad de la democracia y favorecer la participación de los ciudadanos en la vida pública, ha quedado en evidencia el abismo que existe entre el discurso y el comportamiento de la derecha andaluza, a propósito del sueldo de su presidente el señor Arenas.

El Presidente Griñan presentó al Parlamento y a los medios de comunicación su declaración de la renta de los últimos tres años. Arenas lleva semanas enredando con notarios, gastos de representación, gabinetes y kilometrajes para evitar decir lo que gana. Es muy sencillo, basta con presentar públicamente los impresos del IRPF. Seguimos a la espera de que cumpla su compromiso ante la Cámara.