Cartas

Contra la Ley del aborto

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Esta carta va dirigida a una miembra de la ejecutiva de la gobernanza. No sé si 'usteda' habrá visto algún púlpito en San Jorge de su Alcalá de los Gazules natal. De todos modos conocerá que en los antiguos templos destacaban por su belleza artística, en madera tallada, mármoles, alabastro o jarpe. Hoy, lamentablemente, ya no se usan ni para predicar. Y nunca, ni metafóricamente, para legislar. Se legisla desde otros púlpitos, escaños o poltronas.

Pero lo mismo los obispos que cualquier ciudadano, o ciudadana, tienen, en democracia, no sólo el derecho sino la obligación de decir con libertad que no se puede, que no se debe, legislar contra la ley natural: «No matarás, no robarás, no mentirás». Y que el legislador no se puede inventar falsos derechos - al aborto, por ejemplo- que, por otro lado, nadie le ha pedido.