LÍDER. Pau Gasol, estandarte del combinado nacional, a su llegada al hotel de Bahía Sur. / ÓSCAR CHAMORRO
Polideportivo

La selección llega a tierras gaditanas convencida de sus posibilidades

Los de Hernández tuvieron problemas con el vuelo debido a la huelga de Iberia y aterrizaron con dos horas de retraso Hoy comienzan los entrenamientos en San Fernando

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Los organizadores quisieron ofrecer un marco adecuado, a la par que espectacular, donde dar el pistoletazo de salida a la concentración de la selección de baloncesto. Pepu Hernández deberá conseguir que una agrupación de talentosos baloncestistas se convierta en una máquina engrasada capaz de hacer frente a las grandes potencias mundiales de la canasta en el Mundial, que se inicia el 19 de agosto. Un escenario incomparable por su belleza, como es el Madrid Arena, pero convertido en un congelador gigante. A alguien se le fue la mano con la refrigeración, y así se quejaba Juan Carlos Navarro: «¿Tengo las manos heladas!».

Pero frescura, y contratiempos con los equipos de sonido, aparte, fue una mañana de bromas, risas y buen ambiente. Gasol, Navarro, Garbajosa, Calderón o Jiménez, que junto a los Cabezas, Reyes, Rudy o Fran Vázquez, han logrado dar forma a un vestuario que destila confianza e ilusión. Protagonista inevitable por su condición de neófito en estas lides, Pepu Hernández parecía el hombre más feliz del mundo.

Rodeado de sus colaboradores y seleccionados, no desdibujó de su rostro ni un solo instante una sonrisa que, naciendo en una oreja y terminando en la otra, denotaba que está encantado con la oportunidad que se le presenta, sabedor y consciente del gran grupo, tanto a nivel deportivo como humano, que ha conseguido reclutar para afrontar el torneo. «Queremos competir y prepararnos bien, con ilusión, para la competición», explicó el seleccionador para, a continuación, apostillar que el éxito «debe ser consecuencia de nuestro trabajo».

Muchos quilates

La selección acudirá a Japón con cuatro jugadores que la próxima temporada competirán en la NBA (Gasol, Calderón, Sergio Rodríguez y Garbajosa), amén de Fran Vázquez, a quien los Magic de Orlando todavía tratan de convencer para que inicie la aventura americana, y Juan Carlos Navarro, que negocia su salida del Barcelona para poder firmar por los Wizards. El significativo aumento de españoles en la liga americana presupone que el nivel medio del baloncesto nacional se ha equiparado al que ya podían presumir otros combinados, y de igual manera han aumentado las expectativas y la presión. Pepu lo tiene claro: «Creo que tengo catorce jugadores NBA. La presión va dentro de uno mismo, es la autoexigencia de hacer las cosas bien». «Somos conscientes de que hay un buen equipo, y trataremos de hacer historia», apostilló el técnico. Una parte muy importante de las posibilidades de España en el campeonato pasan por las manos de un joven de 26 años que, desde sus 215 centímetros de altura, ha escrito su nombre con letras mayúsculas en Memphis. Jugador franquicia de su equipo y All Star la pasada temporada, Pau Gasol aseguró que el hecho de no haber participado en el Eurobasket de Belgrado fue «duro y extraño», pero que ahora tiene «mucha ilusión por preparar bien el Mundial y alcanzar algún éxito».