INVESTIGADOR. Luis Antonio González Marín. / ANTONIO VÁZQUEZ
Cultura

Un paseo por el Renacimiento desde la perspectiva de sus instrumentos musicales

El experto Luis Antonio González Marín puso de relevancia el valor de la tecla, el arpa y la vihuela en una conferencia sobre los vacíos de la investigación musical

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Los cursos de verano de la UCA acogen durante los dos próximos días un seminario dedicado a la música española durante el Medievo y el Renacimiento. El objetivo es abrir un proceso de revisión de una serie de vacíos y puntos negros que hasta ahora ha presentado la investigación musical en este período de tiempo y otorgarle continuidad.

Dentro de esta temática, el investigador del CSIC y musicólogo Luis Antonio González Marín, pronunció la conferencia titulada Tecla, arpa y vihuela en el Renacimiento español.

Con esta ponencia, González Marín propuso una reflexión y una visión panorámica sobre la música instrumental renacentista, así como su práctica y ejecución. Los principios de partida de la conferencia fueron, el estudio de la música a través de las fuentes musicales (manuscritos), la originalidad de los instrumentos a través del tiempo y la interpretación de los métodos musicales según la época.

Solistas

El investigador escogió los tres instrumentos mencionados por estar considerados «de solistas», esto significa que el autor pueda ejecutar con ellos una composición polifónica por sí sólo.

El primer punto que desarrolló versó sobre los instrumentos de tecla, que se dividen en tres grupos. El primero está formado por los órganos, siendo los de iglesia los más grandes y de mayor calidad de sonido, también conocidos como órganos góticos. Estos planteaban el inconveniente de no poder ser utilizados para el estudio por necesitarse una persona que sirviese de ayuda.

Los otros integrantes de la familia de las teclas son los monacordios y los clavicordios, de tamaño más compacto y cada uno con su sistema de cuerdas percutidas. Por su parte, las arpas se dividían en dos tipos principales, las arpas góticas o diatónicas, con un sólo orden de cuerdas y las arpas de dos órdenes, con dos hileras de cuerdas dispuestas del mismo modo que los juegos teclas blancas y negras de los órganos y clavicordios. El último de los instrumentos fue la vihuela, una especie de pequeña guitarra con un mástil muy ancho y que dependiendo de su tipo (de plectro o de arco), su puente se dispone curvado o plano.