Parte de los efectivos que se desplazaron hasta la zona afectada por el incendio. / ROMÁN RÍOS
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Miles de vehículos colapsaron por momentos la salida de las playas

La carretera del Molino Viejo y la de La Barrosa fueron cortadas alternativamente ante el peligro de las llamas

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Si algo complicó durante toda la tarde de ayer las labores de extinción de los efectivos contra incendios del fuego declarado junto al Camping La Barrosa de Chiclana fue la ingente cantidad de personas y vehículos que se movían por doquier.

La circunstancia de que se tratara de una apacible jornada dominical de pleno mes de julio y la masiva, (pese al levante), afluencia de turistas a las playas chiclaneras hizo que durante algunos minutos el caos reinara en la zona litoral del municipio.

Pese a ello la actuación de la Guardia Civil aligerando el paso de los conductores en determinadas zonas durante el incendio y de la Policía Local, que cortaba alternativamente el paso por las carreteras del Molino Viejo y de La Barrosa (a su paso por Sancti Petri y Las Mogarizas), evitaron males mayores.

Como el propio delegado municipal de Tráfico, Diego Benítez Mota, destacaba apenas extinguido el incendio; «ha habido una sincronización perfecta y una buena respuesta ante la situación originada por el fuego esta tarde de domingo».

A ello hay que sumar que prácticamente la totalidad de conductores y veraneantes que deseaban salir o entrar a la zona de playas obedecieron hasta el más mínimo detalle cada orden de los agentes movilizados.

Diversas patrullas apostadas en la rotonda de la Rana Verde, cruce con el poblado de Sancti Petri y Las Mogarizas consiguieron canalizar a los miles de vehículos que durante la jornada de ayer se movían al unísono por Chiclana.

Apenas media hora permaneció cortada cada una de las carreteras, que sin embargo tuvieron su punto de máximo peligro cuando el fuego, avivado por el fuerte viento de levante que sopló toda la tarde, saltó el cortafuegos natural que ambas ejercían extendiéndose rápidamente.

Con la experiencia acumulada por el otro gran incendio de hace apenas un mes, los oficiales «mantuvieron el contacto directo en todo momento», y la radio y emisoras de emergencias funcionaron «a la perfección» hasta que pasó el peligro, según los responsables municipales.