Cádiz C.F.

Villarreal prepara la guerra submarina

En el Madrigal preparan un mosaico para el domingo: «No cambiarán la historia. El verdadero submarino»

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El morbo está servido. Los dos submarinos de Primera se vuelven a enfrentar pero esta vez en feudo castellonense. Y los valencianos no olvidan lo de la primera vuelta liguera, en la que la afición del Cádiz los recibió con una gran pancarta que rezaba: El auténtico submarino amarillo.

Los seguidores del Villarreal quieren devolver la moneda a los cadistas. Ellos se sienten muy apegados a un apodo que adquirieron a finales de los 60, cuando los Beatles compusieron la famosa canción. Por eso, ya tienen preparado un mosaico que inundará todo el estadio y que llevará el siguiente lema: El Villarreal es un sentimiento. Nuestra historia no la cambiarán. El verdadero submarino.

Mensaje de sentimiento

«No es un mensaje tan reivindicativo como el del Ramón de Carranza de la primera vuelta. Es más de sentimiento y de historia. Pero sin ánimo de ofender y mucho menos de crear violencia», puntualiza Vicente Bellés, presidente de la federación de peñas del Villarreal. «No tenemos que sacar las cosas de quicio. Los dos somos submarinos y lo importante es a ver quién se lleva el gato al agua y se queda con los tres puntos».

Por ello, los miembros de estas peñas aseguran que recibirán a los cadistas con todos los honores (habrá muchos debido a que la inmigración gaditana se ha hecho notar en aquella zona) pero dejando claro quién es el auténtico submarino.

Ellos apelan a la antigüedad. Y ahí tienen razón, pues el equipo castellonense adoptó este apelativo a finales de los 60 y principios de los 70. Los aficionados se quejaban de que el equipo no tenía un himno oficial, y escogieron la partitura de los reputados escarabajos ingleses para que les representara. Iban al estadio con su cassette escuchando la canción y después la entonaban en el estadio cuando el conjunto amarillo conseguía una victoria.

En esa época, el Villarreal militaba una división menor. El ascenso a Segunda en el 77 provocó una conmoción en la ciudad y fortaleció la concepción de submarino, pues el cuadro valenciano alternaba entre ambas categorías y no se consolidaba.

Ahora, la mascota es un submarino animado que lleva por nombre Groguet (amarillo en valenciano). También, en el descanso siguen poniendo la melodía en la megafonía.

Historias paralelas

El Cádiz adquirió esta denominación un poco más tarde, a principios de los 80. El equipo amarillo subía por vez primera a la máxima categoría pero bajaba al año siguiente. Después subió y bajó, subió y bajó. Era como un submarino que se encontraba en las profundidades y luego emergía, para después volver a hundirse.

Pero cuando más famoso se hizo ese apelativo fue en la época en la que el Cádiz se salvaba siempre en las últimas jornadas. A finales de los 80 y principios de los 90, el equipo navegaba sin rumbo durante toda la temporada y se acomodaba en los puestos de descenso. Sin embargo, en las últimas jornadas comenzaba a ganar y al final se libraba el descenso. Otra vez como un submarino. Todo el tiempo hundido para salir a flote cuando menos se esperaba.

La prensa nacional ya comenzó a llamarlo el Submarino amarillo, y fue reconocido así durante los 90. Pero esto acabó con la desaparición del Cádiz del panorama futbolístico, cuando deambulaba en Segunda División B. Entonces el Villarreal, otro equipo amarillo y que utilizaba la misma melodía, lograba las mayores gestas de su historia y su reivindicación se hizo eco en todas las esquinas del país. Todo hasta la vuelta del Cádiz a Primera. Así, por primera vez en la categoría de oro, una guerra entre submarinos. Guerra de cánticos, de ánimos, de gritos de apoyo y de fútbol, pero nada más entre dos aficiones hermanadas por sus colores y un mismo apelativo.