'Mamarru', en el centro, a la salida de prisión esta tarde. | EFE
golpe a la doctrina parot

Sale de la cárcel de Puerto I un histórico exjefe de ETA

El exjefe de adiestramiento de comandos de la organización criminal, Isidro María Garalde, ‘Mamarru’, acumulaba una condena de 169 años

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Pasadas las siete de esta tarde ha salido de la cárcel de Puerto I el exjefe de adiestramiento de comandos de la organización criminal, Isidro María Garalde, ‘Mamarru’, que acumulaba una condena de 169 años, después de que la Audiencia Nacional ordenara su encarcelamiento por aplicación de la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que derogó la doctrina Parot. A la salida ha sido recibido por tres personas y sólo ha dicho «ondo nago (estoy bien)», respondía cuando lo preguntaban por cómo se encontraba. Rápidamente, ha subido en un vehículo para abandonar la prisión portuense.

Fuentes penitenciarias confirmaban a LA VOZ que al filo de las dos de la tarde había llegado al centro penitenciario portuense el aviso de que en las próximas horas debía producirse la liberación del etarra con el fin de que fueran preparando la documentación.

Mamarru es uno de los nueve miembros de la banda terrorista que hoy deberán quedar en libertad tras el pronunciamiento de la sala de lo Penal de la Audiencia Nacional que ha acordado que no podía mantenerse a estos reos más tiempo entre rejas ni aplicación la interpretación más restrictiva de la sentencia de Estrasburgo.

Estaba condenado a 169 años de cárcel por diversas acciones terroristas, entre ellas tres asesinatos. Detenido en 1985, lleva 28 años en prisión y de no ser por la doctrina Parot habría salido en libertad en 2010.

La salida de este histórico de ETA es la segunda que se produce en la provincia de Cádiztras dictarse el fallo del Tribunal Europeo. A finales de octubre quedaba en libertad en la prisión algecireña de Botafuegos Juan Manuel Píriz López. Este etarra había sido condenado a 61 años y dos días de cárcel por integración en organización terrorista, tenencia ilícita de armas, atentado y el asesinato en 1984 del exmilitante de ETA Mikel Solaun Angulo, que había avisado a la policía de un atentado inminente de la organización criminal. Si no le hubieran aplicado la doctrina habría sido liberado en 2009.