DE ZORRILLA A LA MAREA

LA FE NO TIENE MANERAS

Soy de las que creen que para ser un buen cristiano no hace falta venerar una imagen

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Confieso que no me gusta la Semana Santa, pero que respeto a todo aquel que piense lo contrario a mí. Entiendo que cada uno lleva su fe como puede y que esta expresión de cultura popular sirve en muchas ocasiones para olvidar otros problemas más terrenales y para llevar el resto del año con mayor resignación. Soy de las que creen que para ser un buen cristiano no hace falta venerar una imagen o procesionar de penitente, bajo un paso o delante de él y por eso me llama poderosamente la atención aquellos que en estos días se dan golpes de pecho, mientras el resto del año se la sopla. Es como el que va al Rocío, nunca he logrado entender quién lo hace por verdadera devoción a la Virgen y quien por simple cachondeo. Como decía mi abuela, hay de todo en la viña del Señor. Me cuesta trabajo creer que todo el que participa activamente en estas muestras de fervor el resto del año predique con el ejemplo cristiano. Pero, en fin, el que la lleva la entiende. Hay que reconocer que la Semana Santa da de comer a mucha gente, que en los tiempos que corren no está nada mal, por eso lamento que la lluvia haya aguado la fiesta y la cuenta corriente de quienes ven estos días como una tabla de salvación a su economía doméstica. Nunca en la Base de Rota se habían recibido tantas llamadas de capillitas solicitando el parte meteorológico, el teléfono ha sonado en una semana más que en todo el año y lo cierto es que no se han equivocado tanto como en sus tiempos Mariano Medina. El viernes tarde «el cielo dejó de llorar» escuché que decía un penitente en el autobús camino de su hermandad y entendí algo más de esta fiesta, que esta fe hace poetas.

Fichaje

Esta semana se dará a conocer el nombre del gerente del Consorcio, así lo ha anunciado su nuevo presidente, el consejero Menacho, que anda poniéndose las pilas e intentando encontrar el fichaje del año, que le haga ganar la liga a estas alturas de la temporada. La quiniela de nombres no se ha hecho esperar, algo nada bueno, porque el problema en estos casos es que al final el que suena se quema. Ya ha pasado en más de una ocasión. Estoy segura que ninguno de los que se han barajado en estos días (Diego Sales, Emilio Aragón o Rafael Garófano) terminarán en uno de los despachos de la Alameda, sobre todo porque el perfil que ahí se necesita no es el de alguien vinculado a una de las familias del partido (desgraciadamente siempre habrá quien haga este análisis), sino el de alguien que se remangue las 24 horas para buscar patrocinadores (dinero contante y sonante), que tenga experiencia en ello y sobre todo contactos a nivel nacional e internacional. He escuchado que probablemente pueda ser alguien de fuera, con la Expo de Zaragoza y otros eventos importantes en su currículum y desvinculado a cualquier lucha de partido que empañe esta importante celebración y quede en la memoria histórica de quienes tienen la obligación de ganar la liga de la conmemoración del Bicentenario.

Ver para creer

Ya lo decía la semana pasada, la alcaldesa de Jerez Pilar Sánchez se plantó en el aeropuerto de la provincia para recibir al ex presidente de Brasil Lula da Silva, quien venía invitado por el Ayuntamiento de Cádiz para recibir el III Premio Libertad Cortes de Cádiz. Un gesto que no dice mucho de la elegancia institucional y que solo se ha visto reflejado en el blog de uno de sus concejales socialistas, donde incluso veo que la alcaldesa se llevó al aeropuerto el libro de firmas de su Ayuntamiento para que Lula plasmara su paso de cinco minutos por territorio jerezano.