"El cambio climático transformará el mapa vitivinícola mundial"

El cambio climático "transformará el mapa vitivinícola mundial", según asegura, en una entrevista con EFE, Pancho Campo, único español con el título de Master of Wine y un experto que alerta de que los champagnes y cavas son los primeros que ya notan los efectos de este fenómeno.

Pancho Campo, chileno de nacimiento y español por residencia y pasaporte, es presidente de The Wine Academy of Spain, que fundó para difundir los vinos españoles, y es el comisario de la VII edición del Salón Internacional de los Vinos Nobles, que hoy se clausura en Jerez de la Frontera (Cádiz).

Un salón bienal que ha reunido a 150 bodegas de 25 regiones vinícolas del mundo y en el que Campo ha querido alertar sobre los efectos del cambio climático en los viñedos. "De la forma que más está afectando es que la gente se lo cree poco. Los agricultores no están tomando medidas y la primera de ellas es admitir que existe", subraya.

Su pasión por este tema le llevó a integrarse en el grupo de líderes que formaron parte de la campaña del ex vicepresidente estadounidense Al Gore para difundir los efectos del cambio climático, un trabajo que él, único español entre los menos de trescientos Master of Wine que hay en el mundo, ha llevado al terreno de los viñedos.

El principal efecto del cambio climático es, según dice, el aumento de temperaturas, sobre todo por la noche. "Por la noche es cuando la uva gana acidez, gana complejos aromáticos", subraya mientras explica que las uvas son "como los humanos": "por la noche la uva tiene que descansar para al día siguiente poder trabajar, producir azúcar y alcohol".

La pérdida de la acidez por el aumento de las temperaturas es "peligrosa" porque es "la que le da frescor al vino, la que hace que pueda envejecer durante muchísimos años y la que previene que se pueda contaminar".

Una pérdida que afecta más a los vinos que surgen en climas fríos, como los criados en Borgoña, Champagne o Penedés, pues "necesitan una acidez alta y que el alcohol permanezca bajo porque si no pierden su calidad y su elegancia", apunta Campos, que sostiene que en otros lugares como el sur de España los viñedos "están acostumbrados al calor" y "las uvas se han adaptado" al aumento de temperaturas.

Este fenómeno ha disminuido el rendimiento de los viñedos y, sobre todo, ha propiciado que las plagas y enfermedades de las vides se adapten "mejor" y se reproduzcan "mucho más", incluso afectando a zonas que antes estaban libres de ellas y que ahora se ven atacadas por las pestes que "emigran".

"El efecto sobre la uva es muy parecido al que sufren otras industrias" y otros seres: "El aumento de las radiaciones ultravioletas en los humanos produce cáncer de piel y en las uvas también puede producir efectos negativos que luego se reflejan en el vino".

Para este experto es importante que agricultores y bodegueros tomen "conciencia". "Lo más importante es admitir que hay un problema para la industria del vino, como para otras, y empezar a hacerle frente ya, porque cuanto antes lo hagamos, menos dinero nos costará y más fácil será adaptarse", insiste.

"No hay que ponerse a discutir si somos nosotros los culpables o si es el Naturaleza, el cambio está ahí, está suficientemente demostrado. Me parece ridículo que alguien pueda negarlo o discutirlo", asevera.

Los agricultores no están tomando medidas, aunque hay "muchísimas" que se pueden llevar a cabo, como cambiar "la orientación del viñedo" para evitar que esté demasiado expuesto al sol o hacer una gestión para prevenir "que las uvas se quemen".

"Tenemos que tener una visión más global, disminuir las emisiones de CO2, el gasto energético en las bodegas, aumentar el reciclado de desechos industriales, todo eso no sólo va a ayudar a la industria del vino".

El cambio climático, que se expresa en fenómenos meteorológicos "inesperados, raros, violentos", "va a cambiar el panorama vitivinícola mundial, no lo va a hacer desaparecer, para nada, no hay que ser sensacionalistas, lo que hay que hacer es adaptarse lo antes posible".