La inscripción, aparecida en el Teatro Romano, ha dado mucho juego. / L. V.
Sociedad

Expertos descartan que el 'graffiti' del Teatro Romano diga 'Balbo, ladrón'

El latinista Marc Mayer, uno de los mayores especialistas en epigrafía romana, desautoriza a la Junta y cree que se trata de la 'firma' de la cantera

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El latinista catalán Marc Mayer, (Barcelona, 1947) catedrático de Filología Latina en la Universidad de Barcelona (UB), autor de diversas obras sobre epigrafía romana y uno de los mayores expertos españoles en la materia ha desautorizado la versión dada por la Delegación Provincial de Cultura de Cádiz acerca de la leyenda grabada en una piedra del Teatro Romano que, según fuentes de la misma, significaba Balbo, ladrón.

En declaraciones a LA VOZ, Mayer afirma que, a falta de ver personalmente la pieza y el mármol en que se ha grabado, todo indica que la B girada que Cultura interpretó que significaba Balbo es una marca típica de cantera muy frecuente en las explotaciones de Carrara y corresponde a una de ellas, llamada Baebius. Si se trata de mármol italiano, dijo Mayer, esta sería la interpretación más cierta. En cualquier caso, con casi total seguridad no se trata de una alusión al cónsul romano gaditano, aseguró. Baebius es una explotación «muy conocida» de Carrara y se trataba de una concesión de las canteras imperiales, como lo demuestran inscripciones similares encontradas en otras partes dl antiguio Imperio.

Tampoco la segunda parte de la inscripción se corresponde con la interpretación dada por Cultura. Latro, según el prestigioso epigrafista, no significaría ladrón, sino que se trataría de un cognomen, un segundo apellido, muy conocido también, como Porcus Latros, rector cordobés, apostilló. De este modo, la inscripción respondería a la firma del encargado de la zona, el administrador o un operario, esclavo quizá. También se trataba de una fórmula habitual que aparece, con diversas variantes, en edificios públicos de este tipo a lo largo y ancho del territorio controlado por Roma.

El catedrático barcelonés, considerado una autoridad en epigrafía latina, fue cauteloso a la hora de ofrecer un dictamen definitivo al respecto y dijo que esta es la interpretación más aproximada, y que debería confrontarla con el análisis de la pieza y otros datos, como las circunstancias de su hallazgo, pero que en cualquier caso, la inscripción no significa Balbo, ladrón, como afirmó Cultura.

Recientemente el especialista Ramón Corzo también se mostró más cercano a esta tesis, ya que consideró que «este tipo de firmas o inscripiones, comunes en teatros como el de Italica, suelen referirse al nombre los obreros que trabajaron en esos edificios». No obstante se mostró prudente y aseguró que «los estudios posteriores, ya más detenidos, seguro que marcan el origen aproximado de las grafías».