SOLIDARIO. Jesús Quiles, en la sede de Cáritas Diocesana en Cádiz. / ANTONIO VÁZQUEZ
CÁDIZ

Jesús Quiles «Es el momento de que todos los gaditanos demuestren su solidaridad»

El secretario general de Cáritas Diocesana en Cádiz alerta del aumento de familias sin recursos debido a la crisis económica, «provocada por la avaricia de los hombres»

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Jesús Quiles es un marino en la reserva que un día decidió trabajar para los demás. Llamó a las puertas de Cáritas Diocesana y comenzó a colaborar como voluntario. Hoy, como secretario general, coordina a más de 300 personas que ayudan a cientos de ciudadanos que viven en la indigencia; un número que ha aumentado en el último año como consecuencia de la crisis económica que vive el país y que ha obligado a decenas de familias de clase media a solicitar ayuda a la Iglesia.

-La Iglesia cuenta con Cáritas para realizar una labor social en cada una de las parroquias. Dicho trabajo, a veces, queda en el anonimato pero es fundamental para ayudar al que más lo necesita ¿Cuál es la labor que se desempeña desde este voluntariado?

-Nuestra principal misión es animar a la comunidad cristiana a que los bienes de cada uno se repartan entre quienes más lo necesitan. El amor al prójimo, la máxima principal del cristianismo.

-Esa entrega a los demás lo reflejan ustedes en diferentes programas de atención. ¿Cómo realizan este trabajo?

-Cáritas tiene una labor social de atención primaria a las familias. Los voluntarios reciben a aquellos que solicitan ayuda y les orientan y, en caso necesario, se les ofrece el pago de aquellos recibos que no pueden asumir.

-El número de personas sin recursos es más cuantioso de lo que la sociedad puede imaginar, pero ¿está afectando la crisis económica mundial a las familias?

-Quien decide solicitar ayuda a Cáritas está dando un paso muy importante. Le aseguro que la idea romántica de que quien está en la calle es porque quiere es falsa. Hay personas que se quedan sin nada de la noche a la mañana. Y con la crisis la situación ha empeorado. Son muchas las familias de clase media que ya han llamado a nuestra puerta para pedirnos ayuda.

-¿Qué cree que ha provocado esta situación?

-La avaricia del hombre. No ha existido equilibrio en la sociedad de consumo.

-¿Podría cuantificarse el incremento de personas nuevas que han pedido ayuda a Cáritas?

-Todavía es pronto, pero creo que en toda la provincia, el número de personas necesitadas ha ascendido al 41%, incluso más. De hecho, existe una parroquia en la capital, ubicada en una zona de clase media, donde las solicitudes se han incrementado en un 60%.

-¿Existe un orden de actuación?

-Hasta ahora hemos tenido casos muy extremos y ellos siguen siendo nuestro objetivo principal. Muchos de los casos nuevos que atendemos son de familias que no pueden pagar una hipoteca, pero aún tienen recursos. Sin embargo, Cáritas no cuenta con un fondo económico para atender a todos y debemos priorizar.

-¿Qué necesitan para hacer frente a esta situación?

-Necesitamos que toda la comunidad cristiana de la Diócesis se vuelque. Por supuesto que necesitamos dinero, ya sea de las colectas de las eucaristías o de las donaciones pero, sobre todo, necesitamos gente, voluntarios que ayuden a estas personas a salir de esta situación tan complicada. Nadie puede quedar impasible ante esta situación. Además, no hay que olvidar que Cáritas no es paralela a la Iglesia. Es Iglesia.

-¿Qué pide usted?

-Que es el momento de que demuestre su solidaridad. Y si hay que prescindir de una cerveza o de la tapa del domingo, que lo hagan. Tenemos ejemplos de gaditanos que han donado a Cáritas parte de su herencia. Estamos cumpliendo nuestro deber de amar al prójimo.

-¿Cree que la falta de colaboradores se debe a la «mala fama» de la Iglesia?

-La Iglesia es una institución que se fundó hace más de 2.000 años, dirigida por hombres y, por tanto, tiene luces y sombras. Sin embargo, muchos insisten en resaltar las sombras en lugar de mostrar la multitud de cosas positivas que se hacen desde el interior de cada parroquia. Cáritas está muy bien valorada, incluso en países que no son de tradición cristiana. Nunca hemos sido protagonistas de escándalos; esa es nuestra mejor carta de presentación.

Dar las herramientas

-Hablaba usted de la atención primaria a las familias sin recursos. ¿Qué es más importante: dar dinero o enseñarles a manejarlo?

-Cuando algún vecino de la ciudad acude a Cáritas, mantiene un encuentro con el voluntario, con quien crea una relación. Entre los dos buscan una solución a su problema.

-¿Y se encuentran soluciones?

-Cáritas cuenta, además de la atención primaria, con una labor de promoción humana. Con este programa ofrecemos herramientas a base de proyectos.

-¿En qué consiste este programa?

-Junto a las hermanas de la Caridad, y en colaboración con el Ayuntamiento de Cádiz, pusimos en marcha el centro Luz y Sal. Aquí acercamos a las personas que han perdido el contacto con los que le rodean y que necesitan recobrar la autoestima. Son personas que aún pueden reinsertarse en la sociedad.

-¿Qué clases de ayudas les ofrecen ustedes?

-En este centro, y gracias a la entrega de muchas personas, formamos a estas personas sin hogar. Además, llegamos a un acuerdo con el Ayuntamiento y con los Caballeros Hospitalarios para que los miembros de este programa puedan pasar de forma indefinida las noches en los albergues. Nuestro deseo es contar con pisos tutelados.

-¿Es complicado conseguirles un puesto de trabajo?

-En el proyecto de empleo ofrecemos una oficina, donde aquellos que hayan participado en el programa no sean un número, sino personas. Muchos han llegado con una nula formación, pero gracias a una bolsa de empresarios que colaboran con nosotros les intentamos buscar un empleo. Ahora, por desgracia, es todo más es complicado.

mhuguet@lavozdigital.es