COMPARECENCIA. Rouco Varela, presidente de la CEE. / I. GIL
ESPAÑA

La Iglesia dice que el 'bebé medicamento' causó «la muerte de sus propios hermanos»

Los obispos condenan la selección genética y la eliminación de embriones sanos en el proceso de fecundación del crío de familia gaditana nacido en Sevilla Montero dice que la jerarquía eclesiástica cae en «el mismo error de hace siglos»

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La selección genética que permitió el nacimiento del 'bebé medicamento' libre de una grave enfermedad hereditaria y que permitirá sanar a su hermano enfermo es para la Iglesia una «práctica eugenésica» que atenta contra los principios fundamentales del derecho la vida, que la somete a «criterios de pura eficacia técnica» y «reduce la dignidad de la persona a un mero valor de utilidad». Lamentan los obispos españoles que esta nueva vida «haya venido acompañada de la destrucción de otras, sus propios hermanos, a los que se les ha privado del derecho fundamental a la vida». Aunque admiten los prelados que su nacimiento permitirá salvar la vida de su hermano, víctima de la beta-talasemia mayor, anemia congénita severa que le obliga a someterse a constantes transfusiones sanguíneas, aclaran a los fieles católicos que esta actuación médica «tiene implicaciones morales».

La Iglesia española se posiciona en línea con el Vaticano, que condenó duramente en la víspera el nacimiento del bebé de familia gaditana calificándolo de «práctica eugenésica» condenable porque «el bebé es considerado un medio y no un fin». Lo hace la Secretaría General de la Conferencia Episcopal Española (CEE) de la que es titular Juan Antonio Martínez Camino, mediante el documento 'Curar a los enfermos, pero sin eliminar a nadie', en el que toma postura ante el logro científico que supone el nacimiento del primer bebé libre de una enfermedad hereditaria en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla.

«El feliz nacimiento de un bebé sano no puede justificar la instrumentalización a la que ha sido sometido y no basta para presentar como progreso la práctica eugenésica que ha supuesto la destrucción de sus hermanos generados in vitro» asegura el episcopado español, que alude a los embriones que son desechados en el proceso de fecundación que hará posible que el 'bebé medicamento' cure a su hermano.

Destruidos o congelados

Recuerdan los obispos que mediante la técnica utilizada, el diagnóstico genético preimplantacional, «los embriones obtenidos a través de la fecundación in vitro son examinados para seleccionar aquellos que no sean portadores del factor genético que puede dar lugar al desarrollo de la enfermedad heredada». «Entre los seleccionados, se implantan en el útero materno los embriones que presentan el perfil de compatibilidad genética más adecuado con el hermano enfermo. Los demás son destruidos o congelados», destacan.

Critican los obispos que ante este logro científico-médico haya «implicaciones morales que no han sido señaladas por algunos medios de comunicación». Destacan que se ponga el énfasis en la feliz noticia del nacimiento y en la posibilidad de la curación de la enfermedad de su hermano, «que supone un motivo de alegría para todos», pero lamentan que «se silencie el hecho dramático de la eliminación de los embriones enfermos y eventualmente de aquellos que, estando sanos, no eran compatibles genéticamente».

Para la Iglesia «someter la vida humana a criterios de pura eficacia técnica supone reducir la dignidad de la persona a un mero valor de utilidad». Asegura que «los hermanos a los que se les ha privado del derecho a nacer han sido desechados por no ser útiles desde la perspectiva técnica, violando así su dignidad y el respeto absoluto que toda persona merece en sí misma, al margen de cualquier consideración utilitarista».

Sostiene la CEE que «el hermano que finalmente ha nacido ha sido escogido por ser el más útil para una posible curación», pero que «se ha conculcado su derecho a ser amado como un fin en sí mismo y a no ser tratado como medio instrumental de utilidad técnica».

La consejera de Salud andaluza, María Jesús Montero, acusó a la Conferencia Episcopal Española de cometer «el mismo error histórico de hace siglos, el de oponerse al avance científico». En declaraciones a Europa Press, la titular del ramo tildó de «incomprensible» la postura adoptada por la jerarquía eclesial.

«Me parece que no es tolerable que demonicen una técnica que nos está permitiendo ganar una nueva vida, a la par que evita la muerte prematura de la de su hermano, cuya enfermedad le está provocando dolor a él y sufrimiento a su familia», justificó Montero. Además, denunció que en el propio comunicado emitido por los obispos «se cuestione la voluntad, amor y generosidad de los padres, sobre todo, por la forma en la que esta familia está abordando su problema, poniendo todos los medios a su alcance para curar a su hijo».