ALEGRÍA. Jaime Rodríguez en los columpios que hay cerca de su casa. / ANTONIO VÁZQUEZ
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El número 1 de la clase

El portuense Jaime Rodríguez, que ha conseguido un 9,5 en Selectividad, tiene el mejor expediente de Cádiz

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Con un 9.5 en Selectividad, Jaime Rodríguez-Guerra Pedregal se ha convertido en el mejor expediente de la provincia gaditana. Pero llegar a este impoluto expediente no ha sido nada fácil, aunque sí divertido, ya que a este joven portuense le interesa prácticamente todo.

Este amor por todas las materias es lo que ha provocado que durante más de un año haya estado dudando sobre qué carrera estudiar. Una cosa sí tenía clara: lo suyo son las ciencias. Ha estudiado Bachillerato Tecnológico en el Instituto Juan Lara, de donde se lleva «unos recuerdos inolvidables» y en septiembre iniciará su nueva vida de estudiante en Salamanca, donde estudiará Biotecnología.

Sobre qué hará cuando termine sus estudios, Jaime aún no tiene nada determinado. Es una persona espontánea y va agarrándose a los acontecimientos de su vida según van llegando. «No sé por qué me decantaré. Aún no lo he pensado porque nunca he tenido una vocación establecida», explica este joven portuense.

Es el mayor de cinco hermanos y ha conseguido convertirse en la referencia de toda su familia. «Tienes que estudiar como Jaime». Ésta es la frase que más se escucha su casa. Pero Jaime no se considera «el típico empollón». Sólo es «un chaval» al que le interesa aprender y que basa su método de estudios en la comprensión. «No puedes aprenderte las fórmulas de memoria y punto. Es mucho mejor entenderlas, entonces todo resulta mucho más sencillo».

A la hora de hincar codos no se considera un ejemplo y es que asegura que suele dejarlo todo para el último día. «Sé muy bien lo que es tener que pegarme el palizón a última hora, pero soy incapaz de acostarme dejando algo en el tintero».

En el seno de una familia numerosa sabe muy bien lo que es estudiar entre ruido de juegos, llantos y correteos por los pasillos. Un «jaleo» que ya se ha convertido «en simple sonido ambiental» para él, por lo que no le perjudica a la hora de estudiar.

Prefiere trabajar en casa que en la biblioteca, ya que en su habitación tiene todo su mundo. «Cuando me canso de estudiar, cojo el ordenador; y cuando me canso de hacer páginas webs, cojo la guitarra».

Ahora, después de tener entre en sus manos la calificación que le llevará hasta su sueño, se siente como «en una nube». «Durante las dos semanas previas a la Selectividad he estudiado unas diez horas diarias. Estoy sorprendido de mí mismo. Ahora tengo que adaptarme poco a poco a la tranquilidad».

Y es que para Jaime hubo estrés hasta en el último día de Selectividad. Perdió el tren, y sin llevar dinero en la cartera, pidió literalmente «socorro» a un taxista que le «invitó» a llevarlo al Campus Universitario. El joven taxista conocía muy bien la desesperación de Jaime, y es que tan sólo dos años antes, él también había pasado por la temerosa prueba.

Después de tanto trabajo, Jaime tiene una vida llena de planes. Un viaje a Santander, disfrutar de la playa y la familia y emprender su nueva vida en Salamanca.

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